Uno de los mayores alicientes de adquirir una obra de arte es el sentido de posesión de una pieza única, tangible, física. Pero, ¿qué sucede con las obras digitales?
Podríamos considerar las matemáticas como un arte subyacente. Tras la geometría, las dimensiones, las simetrías y las fórmulas para calibrar las proporciones exactas se encuentra la esencia de cualquier obra de arte que se nos ocurra.
Las NFTs (Non-fungible token) pretenden transformar el mercado del arte en ese sentido. Estos bienes no fungibles tienen un certificado 'blockchain' que certfica el carácter único e irrepetible de una obra digital y muestra tanto su autoría como a quién ha pertenecido y a quién pertenece.
LLevamos un siglo queriendo alcanzar la luna, 100 años contemplando los misterios del manto celeste y dejándonos llevar por el influjo mágico de la diosa Selene.
Son ya varias décadas en las que las calles, aparte de ofrecer sus muros, sus tapias, sus paredes, sus construcciones o sus callejones como soportes para el arte, son inspiración para millones de creativos.
Existen tantos tipos de miradas como pares de ojos observan el mundo: hay miradas que aturden, atemorizan o ahuyentan; otras que tranquilizan, impactan o seducen.
Sus collage son esotéricos, cósmicos a la vez que reivindicativos. En sus conceptos predomina la figura femenina y mensajes irónicos y sociales. Un halo de surrealismo mágico acompaña toda su obra, de la que se desprende una bella poesía estelar.
Los muros de una de las ciudades más bellas de Italia se tiñen de delicadeza, de luz y de belleza gracias a las obras del artista Pascal Campion.
El artista Andre Sanchez es un fotógrafo e ilustrador afincado en París. Su trabajo parte de las transformaciones de elementos icónicos tan reconocidos como las 'madonnas' o vírgenes. A través de distintas técnicas, convierte estas imágenes de procedencia religiosa en unas figuras góticas y barrocas de gran fuerza visual.
Todas las personas que amamos el arte en general y la pintura en particular, hemos soñado en alguna ocasión con perdernos por unas de las calles que pintó Van Gogh o sumirnos en nuestros pensamientos en algún escenario de los que ideó Hopper.
