Nuestro mundo está lleno de heroínas conocidas y anónimas, valientes y decididas mujeres de carne y hueso o animadas como todas las que toman forma en la imaginación y la(s) fantasía(s) de este artista digital.
Muchos somos los que estamos de acuerdo en que las antiguas fotografías en blanco y negro tienen esa magia y ese encanto particular que nos evoca la nostalgia de lo no vivido.
Nuestro entorno doméstico es una entidad con vida propia que se mimetiza con nuestro estado de ánimo y por eso, en muchas ocasiones, puede ser una cárcel de cemento y hormigón.
El caluroso verano nos ha pillado ansiosos por tener soplos de aire fresco y por eso queremos seguir dando vida a nuestro proyecto Callao City Arts, el estimulante programa artístico pionero en Europa y desarrollado en la Plaza del Callao de Madrid por Cultura Inquieta junto a Callao City Lights.
Lo irreverente es un must para poder sobrevivir en este mundo enfermizo. No todo el mundo sabe expresar su rebeldía, por eso nos acercamos con gratitud y sonrisa pícara a los fotomontajes del alemán Thomas Pohl AKA Suckertom.
Una fantasía recurrente y común para la mayoría de los mortales, en algún momento de sus vidas, es tener la capacidad de controlar el espacio y el tiempo.
Arte y cine están unidos de manera indisoluble desde que el cinematógrafo se pusiera en funcionamiento en 1895.
Kelleher ve la escultura como un diálogo continuo entre el material y la forma, la luz y la sombra, el tiempo y el espacio, y el contenido. Su arte digital es parte de un continuo esfuerzo creativo en el que la sorpresa es un elemento clave.
El arte es un ente que por su condición mutable puede manifestarse de todas las maneras en las que pueda desarrollarse en la mente y en las conexiones neuronales de todos esos artistas que nos quedan por descubrir.
Durante el confinamiento tuvimos demasiado tiempo para pensar en cosas que no habíamos pensado antes y demasiado tiempo para soñar con situaciones extrañas y desconcertantes.
