Este 'troll' del Photoshop se toma las peticiones de los internautas de manera ácida y literal
Seguro que todos y todas habéis oído alguna vez eso de ten cuidado con lo que deseas (o lo que pides) porque puede hacerse realidad; pues eso.
Seguro que todos y todas habéis oído alguna vez eso de ten cuidado con lo que deseas (o lo que pides) porque puede hacerse realidad; pues eso.
Cuando entramos a una catedral o a una iglesia podemos sentir que nos impregnamos de una atmósfera de paz que flota en el aire que llena los espacios que dejan los altos techos y las cúpulas.
En esta loca era dominada por las redes sociales y por la imagen que proyectamos en ellas, cualquiera puede hacer retoques fotográficos para hacer que su cara y su cuerpo se ajusten a los cánones de belleza imposibles e irreales que se nos imponen.
Durante el confinamiento tuvimos demasiado tiempo para pensar en cosas que no habíamos pensado antes y demasiado tiempo para soñar con situaciones extrañas y desconcertantes.
Sobrevivimos y tenemos capacidad de resiliencia gracias a que nuestra memoria es selectiva e intenta borrar de nuestros recuerdos imágenes y situaciones que nos impactaron en algún momento.
Seguro que en más de una ocasión os habéis deleitado con las ruinas de alguna construcción colosal y habéis intentado imaginar cómo sería antes de que el devastador paso del tiempo hiciera su efecto.
Es un placer perder el tiempo tumbado sobre la hierba y observar el cielo y sus habitantes de algodón que toman todas esas formas que nuestra imaginación materializa en sus vuelos libres.
Internet no tendría sentido ninguno si no estuviera repleto de vídeos, memes, fotografías y fotomontajes dedicados al maravilloso universo felino.
Muchos somos los que recordamos esas escenas de 'Crash' de David Cronenberg en los que sus protagonistas chocaban sus coches a cámara lenta mientras saltaban en mil pedazos sus vehículos y sus filias sexuales.
La vida es cuestión de perspectiva y según la que tomemos o la que le demos, la realidad puede convertirse en algo divertido, absurdo e impensable.