Las serpientes siempre han sido unos reptiles con muy mala fama. Que si son venenosas, que si son peligrosas, que si son unas depredadoras malhumoradas, escurridizas... Estos reptiles son buenos o malos dependiendo del ojo que los mire.
Para Jorge Luis Borges, la escritura y en especial la literatura, era la más perfecta de las formas laberínticas. Para él el texto es un laberinto temporal, donde confluyen pasado y futuro.
La naturaleza y el arte siempre han ido de la mano. Aunque tradicionalmente la naturaleza era una tema más que representar en un lienzo, los artistas contemporáneos han empezado a usar la naturaleza como una parte central de su obra y ésta como herramienta de concienciación.
Al más puro estilo ‘Take On Me’ de a-ha, esta instalación artística “aplana” la realidad y genera la fantasía de residir en una escena propia de un cómic.
Hitchcock consiguió que los pájaros nos aterrorizaran, pero jamás imaginamos que fuéramos a sentir verdadero pavor por el reino vegetal.
Por muchas veces que el ojo haya engañado a nuestro cerebro y nos haya hecho caer en efectos ópticos, no escarmentamos, volvemos a creer ver unas cosas cuando en realidad hay otras.
La tecnología nos ayuda a expandir nuestra imaginación y sistemas de ‘software’ como la Inteligencia Artificial consiguen desvanecer los límites entre la realidad, el pasado y el futuro.
Durante los primeros años de la etapa escolar empezamos a desplegar todo nuestro potencial. Alimentamos nuestra curiosidad, nos enseñan a distinguir sentimientos, aprendemos a socializar con nuestros compañeros…
Una ventana al porvenir a la que podemos asomarnos desde nuestro presente para descubrir la ciencia, la tecnología y la innovación de la próxima generación.
Algunos animales viven como verdaderos reyes, tanto, que muchos dueños preferirían ponerse en su lugar… y hasta en su colchón.
