Artistas indígenas diseñan elaboradas mascarillas hechas con técnicas tradicionales
Delores Gull aprendió a bordar y coser abalorios gracias a su abuela. Desde entonces este legado ha permitido a esta madre de tres hijos de 43 años ganarse la vida.

Delores es una indígena Cree, miembro de la Primera Nación Weenusk ubicada al norte de Ontario, aunque actualmente reside en la pequeña ciudad de Timmins, también en Ontario.
La idea de diseñar estas máscaras surgió cuando su hija le mostró Breathe, una página de Facebook que anima a los artesanos tradicionales a expresar su arte y el valor de lo manual utilizando la mascarilla como concepto. Fue así como empezó a investigar y quedó fascinada al descubrir las máscaras con forma de pico que los médicos solían utilizar durante los siglos XVII, XVIII y XIX contra la peste y otras epidemias mortales.

Grabado en color cobre del Doctor Schnabel, médico durante la peste en la Roma del siglo XVII, publicado por Paul Fürst, ca. 1656. (Foto: The Public Domain Review)
"Me recordaron a las ceremonias de Sundace a las que asistimos", explica Gull. El Sundace es una ceremonia sagrada que celebran los indios de las llanuras, en las que los miembros de la comunidad se reúnen para bailar, cantar y orar, y que han llegado a estar prohibidas en alguna ocasión por los colonizadores europeos.
La artista ha creado su propia versión en la que incluye un rayo —que representa la ceremonia y nos recuerda que debemos mantener el equilibrio—, tres círculos como símbolo de vida, "para recordarnos respirar profundamente y mantener la vida simple y no complicar las cosas" y las flores realizadas con cuentas relacionadas con las medicinas que nos da la tierra.

Aquellas máscaras de los médicos estaban llenas de flores, hierbas arómaticas y especias porque se consideraba que así se protegían del "aire malo". Por eso Delores ha empapado también el extremo del pico con medicinas tradicionales, para compensar el estrés que nos está suponiendo la pandemia.
Además, la máscara está fabricada con piel de caribú, regalo de su madre, y lleva colgando plumas de búho nevado, que fueron un obsequio de su difunto abuelo, por lo que esta máscara es muy especial y tiene mucho significado para ella.
"Creo que debo continuar con esta tradición de mi cultura y mostrarle al mundo que nuestro trabajo todavía está vivo", afirma la artesana que es consciente que todo lo que hace está influenciado por su cultura.

No es la única. Eliza Firth de la comunidad ártica de Inuvik, Territorios del Noroeste ha diseñado una máscara de piel de alce bordada con coloridas flores de seda hechas con pelos de alce y unidas con púas de puercoespín.
Unas cuentas rojas, negras, amarillas y blancas representan los colores de toda la humanidad. "Esto simboliza que todos estamos juntos en esto", defiende esta mujer Metis, una mezcla de herencia gwich'in y escocesa. Los gwich'in viven principalmente sobre el Círculo Polar Ártico y son conocidos por su artesanía.

Un mes de trabajo le llevó producir esta pieza que ha decidido bautizar como «Delta Rose», aunque sin duda el esfuerzo emocional ha sido mayor que el temporal, pues le ha hecho recordar a su madre, superviviente de una pandemia de tuberculosis durante la cual tuvo que pasar dos años aislada en un hospital indio.
"Estoy asombrada por la retroalimentación. Supongo que no conocía la fuerza de este proyecto", explica. "Es increíble, pero nunca volveré a hacer una como esta. Fue demasiado para mí. Esto fue documentar la historia. Lo dejaré así", concluye.

También Vanessa Hyggen de la Lac La Ronge Indian Band ha creado su propia mascarilla elaborada con técnicas tradicionales. La naturaleza, su cultura y la sostenibilidad han sido su fuente de inspiración para documentar de esta original manera la crisis del Covid.
Su máscara de piel de ciervo y cuentas representa una escena de paisaje diurno y nocturno a cada lado con hierba verde y un río que los atraviesa y reivindica con ella los problemas de las comunidades indígenas ante la falta de recursos y las elevadas tasas de suicidios entre los jóvenes.
Y es que detrás de las máscarillas no solamente se esconden las sonrisas, sino también muchos mensajes importantes como los de estas mujeres.


h/t: Aljazeera
Por Verónica Martín