La artista estadounidense Janet Echelman interviene el espacio aéreo de las ciudades instalando en sus plazas macro esculturas flotantes que oscilan y se transforman bajo las órdenes del viento, la lluvia, o los reflejos del sol...
Cuando alguien muestra un gusto exacerbado por el detalle y las formas, necesita partir de una materia prima totalmente neutra para poder dar rienda suelta a un proceso creativo complejo; unas cuantas hojas de papel, por ejemplo.
Hay un gran talento en eso de decir con poco o en eso de materializar lo que se imagina reduciéndolo a la mínima expresión; a algunos solo les basta con unas cuantas líneas estratégicamente compuestas y colocadas.
Tanabe Chikuunsai IV lleva sobre sus hombros una tradición cultivada en Osaka desde hace siglos.
Hay mucha simbología y metáfora creada alrededor de esos tabúes absurdos que siguen siendo la caducidad, la mortalidad y la pérdida, las únicas verdades indiscutibles que tenemos desde que tomamos consciencia de la vida.
Si habéis estado en algún cumpleaños infantil de esos en los que hay algún experto en globoflexia y os ha parecido alucinante que hiciera florecillas u ositos, es porque todavía no habéis visto lo que un globo puede dar de sí.
En la obra de la escultora Isabel MIramontes, la figura humana es la verdadera protagonista. Personajes en los que las siluetas se transforman y deforman, dando como resultado unas extrañas y bellas imágenes.
Moderna, vanguardista, viva, elegante y camaleónica, la ciudad de Bilbao es de esos lugares a los que quieres regresar siempre. Uno de sus encantos es pasear por su ría transformada a la par que los tiempos.
El ser humano es capaz de llevar a cabo obras de arte maravillosas y colosales y, en muchas ocasiones, estas piezas pueden ser más grandes por su contenido que por su forma.
El origami es el arte milenario de origen japonés que normalmente se hace a pequeña escala y que consiste en hacer figuras de papel sin usar tijeras ni pegamento, solo mediante dobleces y pliegues.
