Jasenko Đorđević convierte las minas de los lápices en imposibles esculturas en miniatura
Paradójicamente, hay talentos que son tan inmensos que tienen cabida en los sitios más ínfimos.
Paradójicamente, hay talentos que son tan inmensos que tienen cabida en los sitios más ínfimos.
Los maquetistas modelan impresionantes miniaturas que se convierten en la antesala de proyectos urbanísticos de diversa índole: casas de particulares, edificios públicos, parques… es una profesión artesana que está en peligro por la aparición de las nuevas tecnologías.
Las pinturas de impresionistas como Monet o Renoir son famosas por captar con precisión la atmósfera de la naturaleza. Los pintores contemporáneos han encontrado formas muy diversas de continuar con esa práctica.
El poder, la oscuridad y hasta el mismísimo diablo se materializan en un animal tan fascinante. El artista resignifica estas históricas concepciones culturales con diminutas figuras que nos llevan por caminos psicotrópicos.
Como recién sacados del horno y con cuatro patas, así son las adorables figuras creadas por la japonesa.
Para los aficionados a la jardinería lidiar con la maleza, las plantas invasoras y las hojas caducas puede convertirse en una tarea laboriosa. Sin embargo, a un artista se le ocurrió una forma de convertir esa molesta hojarasca en piezas muy especiales.
Existen universos enteros en nuestros dormitorios; durante mucho tiempo nuestros cuartos de niños, adolescentes y adultos tempranos fueron nuestros santuarios y nuestros refugios más discretos y fieles.
En la antigüedad el mármol fue el material preferido por escultores y arquitectos por su relativa suavidad lo que facilita su refinamiento y su gran resistencia lo que reduce las posibilidades de deterioro.
Los japoneses sienten fascinación por las miniaturas. Técnicas niponas como el amigurumi, que consiste en tejer diminutos animales de crochet o en el netsuke, la creación esculturas en miniatura, causan auténtico furor.
Desde bien pequeños, ya fuera en el comedor del colegio o en nuestras casas, todos aprendimos la lección de que con la comida no se juega.