El fotógrafo Omar Reda retrata la bella fragilidad de los “hombres flor” saudíes
En el pequeño pueblo de Habala, entre montañas, convive una comunidad tribal en la que los adornos florales y las coronas no entienden de género.
En el pequeño pueblo de Habala, entre montañas, convive una comunidad tribal en la que los adornos florales y las coronas no entienden de género.
Hay dos cosas por las que sentimos absoluta debilidad: la naturaleza y el street art. Si además dan lugar a un binomio tan colosal, curioso y espectacular como el que han conformado en esta intervención urbana, no podemos más que sucumbir a su belleza.
Nada es lo que parece, tampoco en la superficie. Solo llegamos a alcanzar a ver la punta del iceberg de la vegetación que nos rodea, pero, si ahondamos en la tierra, descubrimos su manera de crecer y asentarse.
Con una belleza etérea y una pureza cristalina, las flores esqueleto nos recuerdan el milagro que es estar, de paso, en este planeta.
En la novela 'Jurassic Park' de Michael Crichton, unos científicos avispados y un millonario soñador llenaban una isla de criaturas prehistóricas a partir del ADN de un mosquito atrapado en una piedra de ámbar.
La creadora del bordado de flores sobre tul nos lleva a un paseo por la campiña británica, donde encuentra inspiración y flores para sus creaciones.
Hay una extraña e hipnotizante belleza en todo lo que es diferente y único en su especie, en todo lo que rompe moldes, estándares y patrones establecidos en sus formas, sus esencias o sus colores.
Se nos ha enseñado a desdeñar la belleza de aquello que siempre se ha considerado un despojo. Nadie quiere que en su jardín crezca la maleza, robándole protagonismo y sustento al resto de plantas y flores, pero ¿y si estas malas hierbas también contuvieran belleza?
Las eternas preguntas y respuestas que hay acerca de nuestra propia existencia, acerca de ese binomio inseparable que forman la vida y la muerte, se han plasmado en innumerables obras de arte a lo largo de la historia.
Aunque la era Internet tiene tantos defensores como detractores, lo cierto es que la mayoría de nosotros hacemos uso de sus bondades y, sin lugar a dudas, una de las mejores es ser una ventana al mundo.