Oldies, una de las tiendas de vinilos más veteranas de España no encuentra nuevo dueño
A veces, el demoledor paso del tiempo y su capacidad para desgastarnos y minarnos la energía es mucho más poderoso que toda la magia y la ensoñación que guardan la nostalgia y la música.
Todos los melómanos y las melómanas que sienten que su religión es High Fidelity, la película que convirtió en un icono a John Cusack, y que tienen como santuarios de peregrinaje algunas de las tiendas de discos más veteranas de España, están haciéndose muchas preguntas.

¿Cómo es posible que cierre ese paraíso de vinilo y portadas históricas que es Oldies en Valencia? ¿Por qué no va a darse continuidad a todas esas historias que han ocurrido al ritmo que imponían diferentes bandas sonoras vitales y diferentes manos buscando la canción perfecta entre las filas y filas de elepés atemporales?
La respuesta es simple, pero pesa tanto como el cansancio y el agotamiento.
La mítica tienda valenciana tiene las horas contadas, a pesar de que en 2020 el vinilo había superado en ingresos por venta física al cedé, algo que no ocurría desde 1986, y a pesar de que en España se vendieron 1,2 millones de vinilos, mientras que el resto de formatos físicos dejaban su suerte en manos de las plataformas digitales.

Pepe Salvador, uno de los socios cofundadores de Oldies, cuenta a El Diario que, tras la pandemia, mucha gente volvió a la reapertura de la tienda con ganas de volver a gastar su tiempo rodeados de música y de pasión por ese fetichismo que despiertan los vinilos.
Él y su mujer Carmen Arnal abrieron Oldies hace 42 años junto a otros dos socios, Vicent Fabuel e Isabel Aguilar, pero ya consideran que la buena vibra que han repartido a lo largo de estos años y la que han recibido por parte de sus feligreses es suficiente para abrir el capítulo que narre su merecida y triunfal retirada.
Pepe tiene 68 años y derecho a descansar. Su local, uno de los más antiguos de toda España, cerrará si los socios no encuentran a alguien que lleve a cabo un relevo generacional y que los sustituya continuando su maravilloso legado y escribiendo sus propias líneas.

"Esto es algo más que una tienda. Es un sitio importante para mucha gente y por eso queremos que alguien más joven retome nuestra labor. Oldies es un punto de referencia cultural y entiendo que si no queda más opción, haya quien opte por vender todo el género, deshacerse del fondo, y adiós muy buenas. Pero ojalá hubiese una continuidad", declara Pepe a El Diario.
Oldies, desde los 80, ha apostado siempre por diferenciarse del resto de negocios incluyendo en su catalogo musical de todo, incluso álbumes en lenguas cooficiales del Estado y publicados por sellos independientes que no tenían cabida en ningún sitio.
Y es por ese fervor por la música como lenguaje absolutamente universal y unitario que Pepe no quiere echar la persiana para siempre, que quiere asegurarse de que la música va a seguir soñando y los sueños van a seguir sonando. ¿Algún o alguna aspirante a ser el nuevo Rob Gordon o la nueva Robyn Brooks?

h/t: El Diario
Por Luiki Alonso