Las tres posturas que Hedy Lamarr no conocía para llegar al orgasmo durante la regla
La famosa escena en la que la actriz e inventora austriaca alcanzó el ‘Éxtasis’ podría haber sido muy distinta con algunos conocimientos previos
La famosa escena en la que la actriz e inventora austriaca alcanzó el ‘Éxtasis’ podría haber sido muy distinta con algunos conocimientos previos
El plástico, el látex o los cuerpos embadurnados de aceites para resaltar los músculos, las pieles y las formas anatómicas más sensuales siguen siendo un fetiche de lo más erótico, aún cuando se pasan por el filtro del surrealismo.
A menudo cuando pensamo en los conceptos y en las formas relacionadas con el término pornografía, tendemos a obviar que detrás de lo explícito, lo soez, lo escandaloso o lo controvertido puede haber una belleza arrebatadora.
La industria del porno no es solo uno de los sectores que más dinero mueve anualmente alrededor del mundo, sino que también es uno de los que genera más polémica y controversia por la cantidad de claroscuros que hay trás las cámaras y las fantasías de millones de espectadores.
Todos y todas hemos tenido en algún momento (o muchos) un deseo irrefrenable por comer chocolate en cualquiera de sus variantes: blanco, negro, con leche, en forma de bombones, con la textura de un helado o con la explosión de sabores de un elaborado postre.
El cannabidiol y todos los productos de CBD que se hacen con él o la aplicación del cannabis en terapias y tratamientos médicos relacionados, por ejemplo, con cuidados paliativos, son prácticas que están contribuyendo a la desestigmatización de la marihuana.
Alguien que no debía entender muy bien el lado salvaje, provocativo y carnal de la vida, dijo alguna vez que es mucho mejor sugerir, que enseñar, ser sutil, que explícito. ¡Tonterías!
Los brazos, los hombros, la espalda, el ombligo, la axila, las manos o los pies tiene sentido como partes que dan forma a un todo, pero pueden ser de lo más abstracto en un plano cerrado que encierra nuestros deseos más instintivos.
El amor y el sexo tienen la capacidad mutable de adquirir infinitas formas, todas las que van adheridas a un sentir que se materializa a través de dos pieles y de dos almas que entienden que, la mayoría de las veces, la pasión es surrealista.
El deseo es algo abstracto que puede tomar forma en lo más material que tenemos y conocemos, la carne. No hay anhelo más fuerte, más crudo y más salvajemente sucio que el que sentimos por otras pieles.