La erótica del amor y del sexo en las ilustraciones de Frida Castelli
El amor no es algo que solo se experimenta como un sentimiento, es algo que debe entenderse de manera sana y abierta para saber hacerlo de manera abierta y sana también.
El amor no es algo que solo se experimenta como un sentimiento, es algo que debe entenderse de manera sana y abierta para saber hacerlo de manera abierta y sana también.
Con las ganas de sentir por las nubes, estas acuarelas nos llevan directamente a un universo de sensualidad y de placer.
La artista busca explorar la identidad femenina a través de una obra intensa llena de erotismo, emociones e intimidad.
Las ilustraciones de Emanuele Taglietti nos evocan a esos recuerdos de la infancia que tenemos husmeando por esas estanterías del videoclub donde descansaban las cintas de VHS de canto y nosotros girábamos movidos por el morbo de lo que íbamos a encontrar.
El shunga es un género de estampas japonés que tiene como tema principal la representación del sexo de manera explícita y fetichista y está vinculado, principalmente, con la producción gráfica del período japonés llamado Edo (1603-1867).
Cinco hermanas, de entre 13 y 17 años, tenían el corazón hecho pedazos y la única solución que encontraron a su situación fue la muerte.
El amor, el sexo, la autoestima, la reivindación, el deseo o la intimidad son cosa de todos y todas y por esa regla tan básica existe una pluralidad infinita al respecto, la que ilustra a todo color Matu Santamaría.
Investigadores de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Italia y Austria lo comparan con la práctica de ejercicio físico. Publicado recientemente en "Journal of Sexual Medicine", se ha analizado la información sobre el comportamiento sexual de 15.269 personas de edades entre los 20 y 59 años para la elaboración del estudio.
Cuando nos creamos pioneros en algo, vayamos a las enciclopedias a buscar información sobre el viñetista Frédillo.
Caras sin rasgos, con looks muy penetrantes es la característica principal de estas piezas. La relación con el otro, las reflexiones personales, dudas y vacilaciones típicas de la naturaleza humana se vuelven tangibles y reales, creando un aura vibrante que parece viva, alrededor del contorno del cuerpo, tan perfectamente imperfecto.