Qué es lo que hace que el amor perdure, según Virginia Woolf
Uno de los enigmas más perdurables de la naturaleza humana es la compleja emoción del amor. El amor es una luz o un fuego que todo lo ilumina, pero difícilmente logra mantenerse vivo.
Uno de los enigmas más perdurables de la naturaleza humana es la compleja emoción del amor. El amor es una luz o un fuego que todo lo ilumina, pero difícilmente logra mantenerse vivo.
En 1980, durante una entrevista con Joaquín Soler Serrano, el escritor Jorge Luis Borges dio una de los discursos más emotivos y elocuentes sobre el amor y la amistad.
Convivir en sociedad conlleva compartir nuestra vida con el resto y, como consecuencia, tejemos relaciones afectivas de todo tipo. Hay una manera de hacer que esas relaciones con otras personas sean sanas.
La historia, la evolución social, los cambios de mentalidad y, sobre todo, el corazón sobre la razón han hecho que el concepto de familia haya evolucionado en paralelo al sentimiento más universal y humano que existe: el amor.
No podemos negar que la sociedad, sus hábitos y sus comportamientos se han visto alterados con la llegada de Internet a nuestras vidas. El mundo virtual ha cambiado los paradigmas de todo, incluso del sentimiento más antiguo del mundo: el amor.
¿Puede el anhelo por experimentar el amor más puro ser suficiente para que lo sintamos sin una base real?
Pensar en Borges es acercarse a la fantasía, a la filosofía y al realismo mágico. Es ver el mundo desde una óptica filtrada por la creatividad y el surrealismo en su estado más libre.
A pesar de haberse instaurado como uno de los sentimientos más antiguos del mundo, el amor se construye, se destruye y se deconstruye continuamente. Hay tantos tipos de amor como almas pueblan el universo, pero el sentimiento es algo común a todos y a todas; el motor que hace que la vida valga la pena.
"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte" es una frase que lleva resonando en nuestras cabezas y en nuestros corazones 30 años. Es la inolvidable frase que Drácula le dice a su amada Mina en esa obra maestra del cine contemporáneo que es "Drácula de Bram Stoker".
Vivimos tiempos tan devastadores y locos que, a diario, nos vemos bombardeados por mensajes que nos animan a fomentar el amor propio y el autocuidado como bases de una sociedad obsesionada con el ombliguismo, caracterizada por una falta de empatía.