El fotógrafo William Farges deconstruye la anatomía a través de la simetría
La simetría tiene una extraña belleza dentro de su perfección, que en muchas ocasiones resulta imperfecta al ojo humano, casi marciana.
La simetría tiene una extraña belleza dentro de su perfección, que en muchas ocasiones resulta imperfecta al ojo humano, casi marciana.
El mundo se divide entre los que encuentran belleza en la imperfección, el desorden o la falta de armonía, y entre los que, como poseidos por un inevitable TOC, solo sucumbem ante la belleza de lo que es perfectamente simétrico o milimétricamente equilibrado.
Desde el cielo, desde el suelo, desde cualquier perspectiva. Asomarnos a Barcelona, siempre es una maravilla para los ojos.
¿Sabéis eso de que si nuestros rostros fueran simétricos el resultado sería un poco alienígena, lejos de lo que se pensaría que es un ideal de belleza? Con la arquitectura eclesiástica no ocurre lo mismo, la simetría que hay entre sus bóvedas, sus pilares y su estructura de nervios y ramificaciones en los techos, ofrece panorámicas alucinantes.
Su juventud -tan solo tiene 26 años- contrasta con la madurez de sus imágenes y su capacidad para crear un mundo visual propio de una belleza inusual.