¿A qué sabe Marina Abramović?
- Última actualización: 9 Octubre 2017
- Estimulante
Unos macarons fusionan sabores de la vida de la artista tales como los olores a albahaca fresca, tomillo, semillas de cardamomo o del café que su abuela preparaba cada mañana.
Conocida por sus performances, la esencia de Abramović toma forma con estos dulces tradicionales franceses. Su degustación pretende ser una comunión del público entre la creadora serbia y sus recuerdos.
De esta forma a partir de ahora podremos sentir la acumulación de sus sentimientos e impresiones ante el descubrimiento de cascadas y volcanes en sus exóticos viajes o sus sensaciones al contemplar un amanecer junto al mar.
"Mi trabajo es la mayoría del tiempo inmaterial porque el arte del rendimiento es así, conceptual y limitado por el tiempo. Estos macarons son inmateriales también, porque los consumes, los comes, y ya se han ido. Pero lo que queda detrás es el recuerdo de lo que comes", ha explicado Marina Abramović en el comunicado de presentación del proyecto.
El lanzamiento forma parte del trabajo "Pastry Portrait" que busca transmitir la identidad de diferentes artistas a través del sentido del gusto. El proceso de creación de las galletas comienza con el llamado "Cuestionario Papillae", una serie de preguntas dirigidas al artista a través de las cuales se indaga no solo sobre sus recuerdos si no también sobre sus valores, la visión de sí mísmo o incluso sobre su relación con el azúcar.
El color azul de los macarons de Abramović está asociado al recuerdo de sus padres que fueron héroes de guerra, al igual que el escudo de honor de la familia de su padre que representa el delicado equilibrio entre fragilidad y fuerza. La forma piramidal de la caja vinculada a la masonería, símbolo de energía y poder, reitera el carácter conceptual de esta experiencia gastronómica.
Creado por Kreëmart con la casa de la respostería de lujo Ladurée la de Marina es la primera de próximas colaboraciones con diferentes artistas contemporáneos.
MARINA ABRAMOVIC: WEB|INSTAGRAM
h/t: Kreemart
Por Verónica Martín