¿Por qué es más difícil hacer amigos después de los 30?
Cuando se habla de la amistad, surge probablemente en la mente la imagen de nuestro mejor amigo o la de dos personas, una encima de la otra en forma de “caballito”, riéndose ante la cámara.
Son, quizá, imágenes de personas jóvenes y que evocan el sabor de la ligereza jovial, la libertad sin obligaciones, la risa sincera. Sin embargo uno comienza a ver a su alrededor, ya con 30, 40 o 50 años: se da cuenta no sólo que algunos y muy pocos viejos amigos continúan ahí a lado, también que hacer amigos se vuelve cada vez más difícil conforme pasan los años.
Este fenómeno es palpable, explica la profesora de psicología y directora de Stanford Center on Longevity, en California –EE.UU.–, Laura L. Carstensen, pues las personas tienden a envejecer con los amigos más cercanos de la juventud y a interactuar menos con personas nuevas. Esto sucede como si los individuos tuviésemos un despertador en nuestro interior, el cual suena cuando cumplimos 30 y nos hace darnos cuenta que “necesitamos enfocarnos en lo que nos es más importante a nivel emocional”. Es decir, “ya no estás tan interesado en salir tan seguido a fiestas, estás interesado en pasar tiempo con tus hijos.”
Por su lado, Rebecca G. Adams, profesora en sociología y gerontología en la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro –EE.UU.–, explica que conforme cambian las condiciones externas se vuelve cada vez más difícil que colinden tres factores básicos para la amistad: la proximidad, la repetición sin planificar de las interacciones y la seguridad para confiar en la otra persona. “Esta es la razón por la cual muchas personas conocen a sus amigos de toda la vida en la universidad.” Pues, de acuerdo con sus observaciones, en el mundo profesional, “la proximidad” es difícil de mantener ya que los colegas son resignados, cambian de empleo o simplemente hay rasgos de competencia por el mejor puesto; además que “las diferencias en los estados profesionales y la entrada económica puede complicar la situación.”
Otro factor que complica la amistad en la edad adulta, explica ahora Kara Baskin, periodista en Boston, es el emparejamiento. Desde que se tiene una pareja, las amistades que se eligen se hacen por los dos –la pareja y uno–. Es decir, “no sólo estás preocupado acerca si le agradas a la otra persona y a su pareja, también si tu propia pareja le agrada.” Sin mencionar cuando se conocen a los padres de los amigos de los hijos: te encuentras obligado a entablar un vínculo con alguien que uno no eligió: sino los hijos bajo su propio criterio de infancia. Inclusive este tipo de socialización promueve buscar cada vez más la soledad y el acompañamiento de la familia: uno no para de cuestionarse si es este el tipo de amistades que uno desea.
Finalmente, otro factor que vuelve raro la vinculación durante la adultez es al aprendizaje conseguido mediante el autodescubrimiento: uno aprende a ser más selectivo con las personas y cosas que se encuentran a su alrededor. Uno simplemente decide alejarse de la toxicidad, manipulación, drama y egomaniacos. Parece que incluso llevar una vida en solitario es más fácil, tranquila y realista: uno se da cuenta que los modelos de amistad –aquellos que establecen que el amigo es como un hermano a quien se le debe lealtad sobre todas las cosas– llegan a superar la capacidad de la realidad. De hecho, en palabras de Brian Koppelman, escritor y codirector de Solitary Man (2010),
"Cuando eres más joven, se define lo que realmente significa ser amigos en una forma más seria. Mis ideas de amistad se construyeron a través de El Padrino y Diner. Tus amigos son tus hermanos y nada pero excepto lealtad total a toda costa puede resultar en excomunicación. Pero conforme envejeces, te das cuenta que ese modelo es irreal. Y para ese punto, ya has tenido que experimentar amistades fallidas. Así que tienes que aprenden a equilibrar las responsabilidades entre trabajo, familia y los amigos que quedan, y volverte más cauteloso a la hora de conocer a nuevas personas. […] Y a veces es mucho más fácil llenar los vacíos en la vida de otra manera que realizar un acercamiento exhaustivo con un nuevo amigo."
La realidad es que hacer amigos requiere valor, esfuerzo y dedicación, que en caso de considerarse como prioridad habrá que concientizar a la hora elegirlos, de vincularse y de permitir la evolución según sean las necesidades de las dos personas.
via new york times | pijamasurf
Por Juan Yuste