La curiosa historia del beso de Time Square
Con motivo del día mundial de la enfermería que se celebra hoy 12 de mayo, hemos querido hacer nuestro particular guiño a esta pofesión tan loable a través de una de las fotografías más míticas de la historia. El fotógrafo, Alfred Eisenstaedt, originario de Prusia, transmitió al mundo en agosto de 1945 la alegría de un marinero y una enfermera, a través de una imagen que ha quedado inmortalizada. Los protagonistas de la imagen celebraban con un apasionado beso el triunfo definitivo de las tropas estadounidenses sobre las fuerzas japonesas en la Segunda Guerra Mundial. Lo más importante es lo que se esconde detrás de esta foto, ¿por qué besa a una enfermera? En realidad eran dos completos desconocidos que se dejaron llevar por el furor del amor que acababa de vencer a la guerra.
Así lo relató Alfred Eisenstaedt: “En Times Square durante el día de la victoria, vi a un marinero a lo largo de la calle que agarraba a todas y cada una de las chicas que se ponían a su alcance. Tanto si pudieran ser su abuela, fueran altas, delgadas o viejas, no hacía distinción. Fui corriendo atrás mirando por encima del hombro con mi Leica pero ninguna de las tomas que hacía me agradaba. De repente, como un destello, vi algo que se me grabó. Me di la vuelta y capturé el momento justo en que el marinero besó a una enfermera. Si ella hubiera llevado un vestido oscuro jamás me habría dado cuenta. Nunca habría disparado la toma, o si el marinero hubiera llevado uniforme blanco, lo mismo. Realicé cuatro tomas. Fue en apenas unos segundos.”
La identidad de la enfermera se conoce desde hace tiempo. Se trataba de Edith Shain, que falleció en 2010 y tenía 27 años cuando se produjo la escena. Shain se puso en contacto con Eisenstaedt en los años 70 para revelarle su identidad. Según relató el fotógrafo la escena sucedió mientras seguía a un marino que intentaba besar a todas las mujeres que se encontraba. "Le dejé besarme porque había estado en la guerra, luchando por nuestro país, y me sentí muy feliz de hacerlo”, explicaba Shain en su día.
Más dudas hay sobre la identidad del marino. Lo más probable es que se trate de George Mendonça, pues se realizó un estudio científico sobre sus cicatrices y tatuajes que parece corroborar su identidad. Si la hipótesis es cierta la historia del beso cobra un cariz extraño. Pues, según el relato de Mendonça, se encontraba viendo una película con su futura esposa en el Radio City Music Hall. Entonces se supo que se iba a producir la rendición, la gente salió a la calle, él comenzó a correr y al ver a Shain se lanzó hacia ella para besarla.
Aunque el comportamiento de ambos pueda parecer bastante peculiar, lo cierto es que si vemos el reportaje de la revista Life en el que aparece la famoso foto podemos observar otras en las que se ve a militares besando a chicas. También este vídeo de las celebraciones en Nueva York del V-J Day, en el que se aprecia a un marinero besando a varias desconocidas, demuestra que la escena era más normal de lo que hoy puede parecer.
Una fotografía que no ha perdido vigencia ni frescura con el paso de los años y que se mantiene como un icono. Una escena que ha sido reproducida innumerables veces en el cine o el teatro y que forma parte de nuestro subsconsciente colectivo. Algo que se ha repetido durante años, en Times Square durante los actos de celebración de ese día.
Ya lo dijo Jacinto Benavente "El amor es lo más parecido a la guerra, y una guerra en la que es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana"
Por Silvia García