Vilma de Scooby-Doo confirma que es gay en la nueva película animada de Warner Bros
El cine es y debe ser un reflejo de nuestra sociedad y de cómo va avanzando hacia escenarios más diversos, reales y necesarios.
El cine es y debe ser un reflejo de nuestra sociedad y de cómo va avanzando hacia escenarios más diversos, reales y necesarios.
El Orgullo es festejar el derecho que cada uno, una o une tiene a querer, a ser y a sentir libremente y es la excusa perfecta para teñir de celebración, visibilización y diversión todos los rincones de España.
En pleno siglo XXI, cuando creeíamos tener ciertas cosas superadas, todavía hay hechos que nos indican que vamos para atrás, que estamos aún muy verdes cuando de empatía y respeto se trata.
En 2020, la pandemia frenó en seco la libertad de todo el mundo, con especial incidencia en las personas LGTBI, privadas de sus refugios sociales y sus formas de expresión más puras en comunidad.
La discriminación hacia lxs transexuales también se ve en las pantallas, cuando personas cis interpretan papeles del colectivo.
La televisión tiene la misma capacidad para encumbrar a alguien que para destruirlo. Ni siquiera la fe más férrea puede salvarnos del poder devastador de los medios de comunicación y más aún cuando lo que mueve esa fe son montañas, pero de dinero.
Cuestionar tu propia identidad es usualmente mucho más fácil cuando otros lo hacen por ti. Tras el nacimiento del movimiento gay en los años 60, la comunidad LGBTI y el feminismo lideraron el cuestionamiento de los valores del patriarcado global y el machismo.
La obra del pintor ruso Konstantin Sómov tiene bastante presencia en internet, aunque separada en sus obras públicas que comprenden retratos, paisajes e ilustraciones, y sus estudios más privados y homoeróticos de hombres rusos.
En el flamenco, como en tantos otros ámbitos, perdemos mucho tiempo en debates bizantinos, y quizá sea impotante tratar de analizar en detalle a qué llamamos “tradición”, cómo, dónde y cuándo surgía.
El amor, el sexo, la autoestima, la reivindación, el deseo o la intimidad son cosa de todos y todas y por esa regla tan básica existe una pluralidad infinita al respecto, la que ilustra a todo color Matu Santamaría.