Martin Heidegger sobre cómo la tecnología y la sociedad nos manipulan y nos restan autenticidad
Hechizado por la luz de las pantallas y la habladuría de la sociedad, el ser humano moderno quizá esté más lejos que nunca de la auténtica libertad.
Hechizado por la luz de las pantallas y la habladuría de la sociedad, el ser humano moderno quizá esté más lejos que nunca de la auténtica libertad.
En medio de las lecturas e interpretaciones que ha tenido a lo largo de la historia, la obra de Nietzsche guarda un intenso llamado para amar la propia existencia en todas sus aristas posibles.
El nihilismo es posiblemente la postura filosófica por ‘default’ de nuestra época.
La música de Bach es una forma de estética teológica, una pauta en la que se puede percibir lo que para muchos representa la gloria divina.
Friedrich Nietzsche es sin duda uno de los filósofos más conocidos, a pesar de que, a menudo, sea más conocido por el gran público su complicado carácter y su atormentada biografía que por la corriente de su pensamiento.
Nietzsche también abogaba por desarrollar virtudes y valores pragmáticos y contextualizados. No creía que las virtudes abstractas pudieran aportarnos algo valioso a nuestro desarrollo personal.
¿Del dolor brota la belleza? La relación entre dolor y belleza toma formas diferentes según los sentimientos que surgen en la sociedad. Lo que salvará al mundo líquido no va a ser la belleza, sino la capacidad de atravesar el dolor.
Para muchos de nosotros, la vida actual tiene como denominador común la prisa y la impaciencia. Tal vez, dicho así, encontremos cierta resistencia a aceptar que nuestra vida transcurre con frenesí, o que muchas de las actividades que la ocupan (que nos ocupan) parecen imparables por definición.
¿Qué efecto tienen sobre nuestra mente todos esos textos de los que vivimos rodeados?
En los tiempos de la modernidad líquida, donde todo es para ayer y donde hay que llegar a ser algo contínuamente, no hay espacio para lo más importante, que es simplemente, ser.