La quietud y el silencio capturados en estas fotografías de icebergs y glaciares
Contemplar un paisaje nevado o congelado produce una paradoja vital en nuestro interior; sentimos una especie de paz desasosegante en mitad del silencio y de la estaticidad del conjunto que forman los icebergs, los glaciares, el mar en calma, los cielos grises, el viento jugando con las curvas de nuestras orejas y el vaho saliendo denso por nuestras bocas; es esa paz desasosegante que hay justo antes de la tormenta.