Una escuela en Nigeria acepta que se pague la escolarización de los niños con botellas de plástico
No hay nada que agudice más el ingenio que el instinto de supervivencia y la necesidad extrema y más en países subdesarrollados donde, por desgracia, tienen que vivir y lidiar con varias problemáticas.
Todos esos países en los que la falta de agua se ve acrecentada debido a la superpoblación, los problemas de higiene y sanidad alcanzan cotas altísimas de insalubridad que se traducen en calles infestadas de basura y de residuos.
El distrito de Ajegunle en Lagos (Nigeria); Stock Photos from Tayvay/Shutterstock
Hay más de tres millones de habitantes en el distrito de Ajegunle en Lagos, Nigeria, uno de los barrios más poblados de este país africano; junto a la falta de agua limpia y servicios de sanidad, el acceso a la educación también es un problema para muchas familias, ya que no pueden pagar las matrículas para enviar a sus hijos a la escuela.
Por ello se ha dado forma a una nueva iniciativa para combatir estas dos lacras a la vez; el proyecto "Recycle Pay" establece que los desechos plásticos funcionen como moneda de cambio para permitir a los padres pagar una parte de las cuotas escolares de sus hijos.
Los tres vértices de este fantástico proyecto son las organizaciones African Clean Up Initiative y WeCyclers que se asociaron con la Escuela Internacional Morit en Ajegunle para implantar esta idea y hacerla factible.
El proceso que conlleva la iniciativa, es sencillo; los padres deben llevar una bolsa de residuos plásticos a una instalación y hacer que la pesen; el peso se traduce entonces en un valor monetario y se deduce de las cuotas adeudadas a la escuela.
Así se matan tres pájaros de un tiro, las calles quedan un poco más limpias, las dificultades financieras de las familias se reducen y los niños tienen acceso a una educación.
Imagen de Billy Marion; Shutterstock
Las reacciones de los padres no se han hecho esperar; Sherifat Okunowo, madre de familia explica, “Me cuesta pagar las cuotas escolares, a veces pago la mitad y luego pago el saldo restante pero, con la introducción de este proyecto, el plástico me ha facilitado el pago de las cuotas escolares”.
Por su parte, el director de la escuela declara, “Realmente ha reducido la carga de los padres; ahora cobramos más rápido: la escuela gana, los niños ganan, los padres ganan, todos ganan”.
Cuando recibimos este tipo de noticias, vemos claramente que el mundo no funciona mejor porque no hay voluntad de que eso suceda, porque ésta es la clara muestra de lo contrario.
Por Luiki Alonso
