Cuando mudarse es mucho más que cambiar de casa: diez muebles que sostienen nuestros sueños
En la vida tienen que pasar cosas, o eso al menos dice una buena amiga que tiene como hobbie lanzarme a la acción sin anestesia, como la mujer bala.;
Los cambios vitales dan vértigo, pero son necesarios para avanzar. Dejar un trabajo, adoptar un perro, tener o no tener hijos, cambiarse de casa, vivir sola…son decisiones que marcan nuestros mapas y el curso de nuestra historia.
Hoy me gustaría compartir mi experiencia con los cambios de casa. Cuando nos trasladamos, no sólo mudamos nuestro espacio, sino que mudamos con él nuestra vida entera, nuestra cotidianidad, nuestros lugares seguros y nos enfrentamos a nuevos mundos.
A todo esto, sin olvidar que en la mochila llevamos toneladas de incertidumbre, de presión inmobiliaria, inflaciones varias y puñados de cifras que hacen que nuestro futuro se tambalee a golpe de realidad. Pero, aún así, decido ponerme el traje de mujer bala y lanzarme junto a mi pequeña familia (compuesta por tres humanos y 15 plantas) a un nuevo cambio de casa, un giro más de guión en nuestra existencia.
"Tenemos una mujer que está completamente loca y ama lo que hace. ¡Jennifer, 'la mujer bala' Schneider!".
Aunque será la mudanza número 12 de mi biografía, la afronto como si fuera la primera y, con ella -será la madurez-, ha venido un aprendizaje muy valioso: la casa somos nosotros. Al final el hogar es donde nos sentimos seguros, libres, fuera de todo y dentro de nuestro universo. Los objetos, los recuerdos y los muebles son parte de nosotros y también construyen nuestro hogar.
Por eso, haciendo inventario de lo que se queda y de lo que nos llevamos, hemos elaborado una lista emocional de muebles de IKEA que sostienen nuestros sueños, allá donde estemos o vayamos, nos acompañan.
En nuestra pequeña familia la música es como la comida, un soporte para el cuerpo y para el alma. Los discos de vinilo reposan unos junto a otros en nuestra estantería Kallax, esperando su turno para que la aguja del tocadiscos haga y expanda su magia.
2. La cama MALM
Una cama amplia en la que caben los sueños y el descanso de los tres. Un metro y sesenta centímetros diseñados para respirar, para escondernos cuando no queremos salir a la vida y para abrazarnos mientras se para el tiempo.
3. El escritorio o mesa de trabajo LAGKAPTEN / ALEX
Es la mesa de trabajo donde plasmamos nuestra creatividad, proyectos y garabatos. Donde hacemos plastilina, aprendemos a leer y en la que, a veces, escribimos el guión de nuestro día a día.
La alfombra donde nos tiramos a jugar y a recordar quiénes somos en realidad.
El lugar perfecto para construir mundos con bloques de construcción y trozos de madera. Nos encanta tumbarnos para hacernos cosquillas, yoga o para imaginar que viajamos a mundos lejanos.
5. El soporte de macetas SATSUMAS
Yo era de esas personas desalmadas que era incapaz de mantener vivo a ningún ser con vida, es decir, se me morían las plantas. Hasta que decidí intentarlo con interiores y nuestra vida cambió. El truco era, como en todo lo importante, el amor y el tiempo.
Ahora tenemos un vergel en casa que inunda de alegría nuestros rincones.
«Más libros, más libres» que decía Enrique Tierno Galván. No entendemos esta casa sin desorden, sin discos, sin plantas y sin libros. Podemos dejarnos objetos por el camino y donar todo tipo de recuerdos pero los libros, coleccionados a lo lo largo de nuestras vidas, serán compañeros eternos de viaje.
Se la regalaron a nuestro hijo en pleno confinamiento y la de horas que nos pasamos inventando recetas para una posible invasión alienígena. Esta cocina es un imprescindible en el desarrollo de los peques que son el futuro y la esperanza del mañana.
Cuando se apaga el Sol encendemos nuestra SKOTTORP / SKAFTET que parece querer abrazarnos con su forma curvada y con su calidez. Esta lámpara de pie alumbra nuestros ratos de lectura, de descanso o de reuniones familiares, inundando de luz nuestro espacio.
Este sofá ha sido: parque de juegos, cama improvisada para muchos amigos y familiares, butacas de sesiones infinitas de pelis, colchoneta e incluso, nave espacial.
Testigo de muchas tardes de pelis y mantas, de domingos de no hacer nada y de conversaciones trascendentales como la que tuvimos antes de decidir mudarnos de nuevo, de volver a cambiar el alma.
10. El oso panda KRAMIG, AKA “pandita”
¿Qué salvarías si hay un incendio en tu casa? Puedes llevarte solo tres cosas; pues las elegidas serían: las fotos, las plantas y “pandita”.
La abuela le regaló al pequeño, cuando era un bebé, este peluche de oso panda y fue un amor a primera vista. Lo abrazó y no se volvió a separar de él hasta que, un día, en las fiestas del pueblo, “pandita” desapareció y aquel drama puso a los vecinos en busca y captura del mismo. Apareció tras una noche loca en un tejado, una larga historia.
Lo lavamos, cuidamos y, después de una buena siesta, no se volvieron a separar.
Son mucho más que muebles y objetos, son los soportes de nuestros días, de nuestras noches, de todos nuestros viajes.
Al final siempre acabo buscando inspiración para tejer mi pequeño hogar en IKEA porque estoy segura de que piensan y diseñan sus productos con el propósito de mejorarnos la vida desde una visión asequible, funcional, sostenible y sobre todo, llena de amor.
“El hogar es un refugio contra todo tipo de tormentas.”
William J. Bennett
Gracias a IKEA por ser testigos y soporte de nuestros sueños.
Por Silvia García
