El aspecto de las crías de mantarrayas recuerda a unos simpáticos raviolis
Los animales con el cerebro más grande de todos los peces son, además, los seres vivos más adorables que existen bajo las profundidades marinas.
Los animales con el cerebro más grande de todos los peces son, además, los seres vivos más adorables que existen bajo las profundidades marinas.
"El jueves a la tarde tenía una reunión en la cafetería de un amigo. Cuando estaba a una cuadra, una mujer me cruzó y me preguntó: "¿Sabés algo de árboles?". Le dije la verdad, que no. Siguió caminando, visiblemente decepcionada". Así empieza la pequeña y bella historia real que Joaquín Sánchez Mariño cuenta en este hilo de Twitter.
Con decenas de miles de especies distintas, avistar algunas en concreto es tan extraño como satisfactorio.
Actores, escritores y artistas de todos los tiempos y condiciones encontraron en sus viajes un motor que avivaba su inspiración. Entre los literatos figuras como Faulkner, Hemingway o Capote se dedicaron a viajar durante sus inicios.
Pensábamos que ver a alguien con una cabellera de dimensiones desproporcionadas, era algo propio de la ficción como en el caso del "Tío Cosa" de "La Familia Adams" o, algo que pertenecía al pop patrio más petardero y ese personaje kistch que es la "Pelopony".
La naturaleza y su vida salvaje no paran de crecer porque, en muchas ocasiones, al infinito y variado conjunto de criaturas y seres vivos que las conforman, se les suma los que son únicos en su especie; amamos las rarezas y todo lo que es diferente o "imperfecto".
Ver el atardecer desde una montaña, en una playa o desde el porche de una casa de campo, es de las cosas más bonitas y que más paz pueden transmitirnos de todas las que podemos experimentar en nuestra vida.
Los auriculares inalámbricos, lejos de facilitarnos la vida, a veces pueden causarnos auténticos quebraderos de cabeza; se pierden con la misma facilidad con que se usan pero, por suerte, hay gente que a grandes males tiene grandes remedios, sólo una condición, tenemos que tener las orejas agujereadas.
Que el fin del mundo nos pille bailando, es la primera idea que nos viene a la cabeza cuando vemos esta serie fotográfica de discotecas abandonadas que parecen haber sobrevivido a un apocalípsis y guardan, celosamente, entre sus insonorizados muros, las historias de toda esa gente que vivió allí una última fiesta.
Os presentamos la versión 2.0 del hombre orquesta, no tiene la autonomía de la antigua pero es mucho más cómoda y más fácil de manejar; simplemente con las teclas de un piano de cola, se puede hacer sonar veinte instrumentos musicales diferentes estratégicamente colocados en un sesudo circuito que además es bellísimo.