La naturaleza mimetiza, de manera asombrosa, muchas partes del cuerpo humano creando una simbiosis erótico festiva; así las nueces parecen cerebros, muchas frutas vaginas, los espárragos falos, los huevos testículos o los champiñones...los champiñones parecen culos.
De un tiempo a esta parte se han puesto de moda ciertos debates virales que ponen a prueba nuestra percepción de las cosas sobre un determinado efecto óptico que puede verse alterado por la perspectiva, el color o, incluso, las formas; culo o codo, vestido azul o negro o zapatillas grises o rosas han sido objeto de discusión; turno ahora de ¿playa o puerta?.
Creemos que todas las maravillas del mundo están al aire libre, pero bajo nuestros pies, en entornos subterráneos, podemos encontrar bellezas arquitectónicas de la talla de las catacumbas de París o esta catedral polaca hecha en una mina de sal que podría ser el escenario perfecto de una nueva entrega de Indiana Jones.
La foto de los pies en la orilla de la playa en verano, la foto del gintonic en la mesa con el comentario "aquí sufriendo", la del flotador de unicornio en mitad de la piscina, la foto de nuestra muñeca con la pulsera de algún festi, la foto de espaldas con un moño estratégicamente despeinado, o la de nuestros zapatos Oxford en un suelo de baldosas retro...lo sentimos, está todo inventado.
¿No os ha pasado mil veces que habéis tenido una absurda ocurrencia y, en vuestra ignorancia, os habéis preguntado por qué nadie la ha tenido también y la ha llevado a cabo?; ¿algo como ésto quizás?
¿Quién no sueña con tener un pelazo?, ¿cuánta gente cree que el pelo es casi el 80% de la imagen de una persona? ¿cuántos hombres luchan contra su alopecia a lo largo de su vida hasta que se deciden a viajar a Turquía para someterse a un injerto capilar y acabar con su complejo?; esta adorable bebé de 6 meses no parece que vaya a tener esos problemas nunca.
La magia de la fotografía es infinita; por la capacidad de rescatar momentos del olvido y por la habilidad la de congelar el tiempo y así hacerlo eterno en nuestra memoria.
Cuando vemos una de esas obras maestras o cintas de culto, admiramos cada detalle porque funciona en pantalla con la precisión de la maquinaria de un reloj suizo; alucinamos tanto que muchas veces olvidamos que detrás de esa perfecta fantasía hay un equipo humano que tuvo que pasar vicisitudes, arreglárselas con poco presupuesto o improvisar el guión establecido, personas como nosotros con reacciones como las nuestras.
Compartimos con vosotros una interesante serie de fotografías recopiladas por el magazine Bored Panda que nos demuestran una vez más que todo tiene una forma distinta de ser observado, todo muestra dos caras, diferentes perspectivas que, muchas veces, nos sorprenden.
Vamos a por ellas:
Desde acostarte con tu madre o con tu hermana, hasta contratar a expertos en sexo anal... La Antigua Roma daba uso a unas prácticas sexuales, algunas como poco, un tanto perversas.
