25 polaroids de chicas adolescentes en los años 70s
Los años setenta fueron unos años de despertares en muchos lugares y en muchos sentidos.
Los años setenta fueron unos años de despertares en muchos lugares y en muchos sentidos.
Hay creativos que llevan ciertas imágenes, simbologías o metáforas al extremo de lo estrictamente literal reiventándolas y adaptándolas a los nuevos tiempos y las nuevas eras, asociándolas a contextos radicalmente opuestos de los originales.
No somos nada partidarios de que haya concursos y certámenes de belleza porque, quién dice lo que es bello y lo que no y quién impone los cánones o las medidas de lo que debe ser bonito o no.
Para nosotros hay una afirmación que es totalmente real, hay gustos para todo pero, si pensamos en esa otra afirmación que dice que en la variedad está el gusto, habrá muchos que duden y debatan si eso es así o no.
Nosotros, sin ser unos grandes entendidos en moda, creaíamos que las medias y las calcetas con estampado de pata de gallo, eran aquellas que tenían ese dibujo geométrico en blanco y negro que es popular desde 1933.
Cuando vemos todas esas fotografías y editoriales de moda llenas de belleza y de perfección, a menudo, nos preguntamos cómo se habrán realizado las sesiones o cómo lucen esos escenarios de ensueño en la realidad.
Que personalizar tu imagen con tatuajes es algo que lleva décadas de moda, es algo que todos sabemos, pero ¿y si te dan pavor las agujas o eres de los que se cansa rápido de una moda o una tendencia? Hay soluciones para ello.
En cuanto entra el otoño y notamos que las temperatuas empiezan a bajar, algo en el cerebro nos cambia y se activa esa parte de la corteza que custodia las ganas irremediables de ponernos nuestros jerseys de lana.
Hemos crecido viendo cientos de dibujos animados protagonizados por personajes de grandes ojos, por lo que, siempre hemos creído que estas desproporcionadas anatomías oculares eran más propias de la fantasía que de nuestra realidad.
La diseñadora brasileña Karoline Vitto lo tuvo claro a la hora de presentar su proyecto final en el Mastér que estudiaba en Londres: crear prendas que dirigieran la mirada hacia las partes del cuerpo que generalmente ocultamos.