Muere Kim Jung Gi, ilustrador surcoreano y genio del trazo, a los 47 años
A Kim Jung Gi se le ha parado el corazón, ese que bombeaba talento y prodigio a partes iguales. El dibujante tenía 47 años.
A Kim Jung Gi se le ha parado el corazón, ese que bombeaba talento y prodigio a partes iguales. El dibujante tenía 47 años.
Echar horas extra hasta morir o salir de la oficina con un cansancio de muerte podrían llegar a ser expresiones muy literales.
Sin florituras, con gran acierto y una mirada visionaria, clara y feroz. Así es el legado que nos deja el también pintor y cineasta, fallecido a los 96 años en París.
Diana Spencer habría cumplido 61 años de no haber sido por aquella fatídica noche que conmocionó al mundo. Recordamos al icono que nos dejó demasiado pronto hace un cuarto de siglo.
Desaparece la pintora portuguesa universal, llena de voces, cuajada de narración y literatura, a los 87 años. Nunca fue una pintora de silencios, ni una retratista del viento, sino todo lo contrario: en sus cuadros pasa algo, relato y voz, voces, donde el placer por contar es eminentemente literario.
La música es un sentimiento universal que une a millones de personas. Es tal el poder que causa en nuestras partes emocionales del cuerpo y del cerebro que puede transformarse en una experiencia metafísica que vaya más allá de la propia muerte.
El tema de la muerte sigue siendo un tabú fundamentado por conveciones de índole social o de índole religiosa que genera controversia y polémica cuando se trata de ejercer el derecho humano de elegir el cómo y el cuándo.
La muerte es la única verdad que aún no hemos terminado de asimilar a pesar de que la finitud y la caducidad son las únicas certezas absolutas que tenemos desde que nacemos.
La ironía, el sarcasmo y, sobre todo, el humor, son muchas veces un arma para superar traumas y hablar de temas espinosos. Las viñetas de Riley muestran las mil y una ideas que tiene un pequeño animal por terminar con su vida.
Hay mucha simbología y metáfora creada alrededor de esos tabúes absurdos que siguen siendo la caducidad, la mortalidad y la pérdida, las únicas verdades indiscutibles que tenemos desde que tomamos consciencia de la vida.