Como sociedad, estamos condenados a repetir los mismos errores y a vivir las mismas situaciones; y en todo eso que es de alguna manera cíclico, se establecen curiosas conexiones entre el pasado, el presente y, seguramente, el futuro.
Hace cuatro semanas lanzamos, gracias al apoyo de Iberdrola, una nueva edición –ya la cuarta– de nuestro tradicional concurso de micro-cine, Navidad en 60 segundos.
Apenas quedan unos días para dejar atrás un año, sin duda, diferente. Muchos tenemos ganas de echarle el cierre, no ha sido fácil. Han sido meses atípicos que nos han dolido y obligado a crecer, a partes iguales.
Desde Cultura Inquieta lanzamos a primeros de noviembre un concurso de fotografía en el que hemos podido participar todos, desde cualquier rincón del mundo. Un concurso que hemos dotado con 1.700 euros en premios en metálico y con una exposición pública en Madrid con las fotografías más destacadas como colofón y que llevaremos a cabo dentro de los primeros meses de 2021.
Esta tan bonita y estimulante iniciativa la hemos podido sacar adelante desde Cultura Inquieta gracias al apoyo de Iberdrola.
Desde Cultura Inquieta lanzamos un concurso de fotografía en el que podemos participar todos, con 1.700 euros en premios en metálico y una exposición pública en Madrid con las fotografías más destacadas como colofón.
La muerte es una constante en la vida, que azota diariamente lo cotidiano con su certeza. La muerte y la vida son parte de un mismo todo, una misma verdad. Ambas deben ser celebradas con esperanza porque a través de ellas se abre paso el incesable caminar de los tiempos, la eternidad.
Después de meses de pandemia, se hace complicada una gestión adecuada de las emociones negativas. Hablamos principalmente de la ira, la rabia o la desconfianza. La dificultad para tolerar el miedo, la frustración, la inseguridad y la incertidumbre, condicionan la necesidad de buscar responsables, desobedecer las normas y adherirnos a la polarización política. Es más fácil dejarnos llevar por la jauría, que pensar por nosotros mismos, con el riesgo que eso conlleva.
Decía Frank Zappa que hablar de música es como pescar de arquitectura. Una sentencia con retórica absurda que nos parece ideal para abordar el tema de las emociones- que despierta en nosotros- la música en directo.
El momento que estamos viviendo abarca sentimientos tan distantes como el miedo o la incertidumbre; pero también, la gratitud y la esperanza.
Celebrar el amor en tiempos del coronavirus y organizar eventos sociales en medio de una pandemia, se ha convertido en todo un reto.
