París, 1960: Fotografías que nos recuerdan que la minifalda fue revolucionaria
Afortunadamente y a pesar de todo lo que queda por hacer, cuesta creer que llevar una falda corta fuera considerado en su día un atrevimiento.
Afortunadamente y a pesar de todo lo que queda por hacer, cuesta creer que llevar una falda corta fuera considerado en su día un atrevimiento.
Muy distinto del que conocemos ahora pero con el mismo encanto. Así era París en las décadas de 1880 y 1890.
Y no, la Mona Lisa no está entre ellas. Esta fue la única condición que se les puso a los artesanos que han tenido total libertad para dar vida a cada fragancia.
Desde que quedaramos absolutamente devastados por el incendio que sufrió Notre Dame, muchas son las noticias que nos llegan sobre donaciones hechas para los proyectos de restauración y reconstrucción de la emblemática catedral francesa.
Hay algunos refranes, o frases célebres, que surgen por algún hecho en concreto y se siguen utilizando siglos después; por el contrario, hay otros que, con el paso del tiempo, se materializan en realidades, de manera absolutamente literal.
Ya sabemos que París es, posiblemente, una de las ciudades más bellas, románticas y maravillosas del mundo. Hoy, nos detenemos en algunas de sus puertas, esas que abren paso a nuevos mundos y que cuidan la intimidad de los habitantes de la ciudad de la luz.
No podemos evitar sentir debilidad por la fotografía callejera, esa que nos transporta a otros lugares y nos cuenta las historias que guardan las ciudades en sus esquinas, en sus cielos, en sus gentes, en sus amaneceres y en sus atardeceres.
Como sabemos, Francia es actualmente el país más visitado del mundo.
Anoche soñé con Hemingway. Estábamos los dos sentados en la terraza de la Closerie des Lilas, antes de que a los camareros les obligasen a afeitarse sus bigotes, hablando de Dostoievski.
Juliette Gréco, Ernest Hemingway, Trumane Capote, después Roman Polonski, Brigitte Bardot, Alain Delon, Belmondo e Yves Saint Laurent, son solo algunas de las personalidades que han dejado pedacitos de su vida en este mítico café parisino.