Por qué nos reconfortan los abrazos, según la ciencia
¿Os habéis preguntado alguna vez por qué cuando sentimos desesperación, soledad, tristeza, desasosiego, enfado o desolación lo único que nos pide el cuerpo es que alguien nos abrace?
¿Os habéis preguntado alguna vez por qué cuando sentimos desesperación, soledad, tristeza, desasosiego, enfado o desolación lo único que nos pide el cuerpo es que alguien nos abrace?
Si lo pensamos detenidamente, la inteligencia emocional es una de las habilidades más importantes que deberíamos tener para que el mundo fuera un lugar mejor. Por desgracia, es algo que se tiene o no se tiene pero, por suerte, puede practicarse.
Los vídeos de ASMR, los tutoriales de alta repostería, los 'reels' de ilustradores pintando con precisión, los TikToks en los que alguien nos enseña a hacer la maleta con patrones de orden simétrico, las sesiones de 'lo-fi' en YouTube...
Todxs hemos vivido episodios sexo-afectivos en los que nos hemos sentido rechazadxs, perdidxs y llenxs de preguntas que nunca obtuvieron respuesta. Quizás no se ejerció hacia nosotrxs eso que llaman "responsabilidad afectiva".
Aunque el 'bullying', el acoso y el maltrato hacia a quienes se les ha considerado débiles o diferentes es algo que existe desde siempre, lo cierto es que en la era de las redes sociales se ha multiplicado, llevando estas lacras más allá de los patios de colegio o los pasillos de instituto.
Por Patricia Fernández Martín
La negatividad inunda las redes, los haters y trolls parecen multiplicarse en nuestras cronologías de Twitter, Instagram o Facebook. Aunque siempre podemos encontrar cuentas que son un oásis de positividad y calma, como la cuenta de la Mounika Studio.
Seguro que muchas de esas veces que nos han aconsejado que debemos dejar la mente en blanco hemos pensado que es algo imposible porque, incluso cuando lo intentamos, estamos pensando en que debemos tener la mente en blanco. Esto es un síndrome que ha sido identificado y nombrado.
El silencio y el sueño son dos necesidades básicas que necesitan el cuerpo y la mente. Que se hayan convertido en un lujo, es un síntoma claro del pésimo momento en el que vivimos.
Es muy delgada la línea entre ser un visionario o una visionaria o ser una persona con un narcisismo desaforado de las que se aferren a teorías de la conspiración que ponen en tela de juicio realidades tangibles o demostradas.