Cuanta más sabiduría interna albergamos más conectados estamos con nuestro poder interno
- Última actualización: 26 Julio 2023
- Pensamiento
La sabiduría es una experiencia viva. No es algo que se defina por el coeficiente intelectual. Tampoco depende de si vamos a la escuela o a una universidad.

La sabiduría es más bien un recurso interno que se potencia con el conocimiento, las experiencias y la capacidad de observación. Pero, por encima de todo, se basa en la confianza en uno mismo, pues sin ella el conocimiento y experiencias vividas no pueden brillar ni ser de utilidad.
La confianza es la llave maestra a nuestra sabiduría. Una forma de cultivar la sabiduría es preguntarse lo que preguntamos a otras personas cuando sentimos indecisión. “¿Qué significa esto para mí?”, “¿Qué opino de esto que acaba
de ocurrir?”
Puede parecer simple, pero prueba de contar todas las veces que recurres a personas o herramientas externas para dar respuesta a tus dudas o dilemas en un solo día.
No tienen que ser trascendentales, con algo sencillo enseguida buscamos ayuda. Por eso te propongo que en lugar de buscar las respuestas fuera, las busques dentro. Cuando te das
cuenta de la veracidad de tu intuición se abre un nuevo horizonte porque ya no necesitas tanto de los demás. Porque descubres que te tienes.
Otra forma de cultivar la sabiduría es cultivando la mente con la historia que nos precede. Hay mucha información que nos rodea y nos habla de nosotros: cómo hemos actuado a lo largo de los años para sobrevivir, cómo nos hemos relacionado para avanzar, cómo nos hemos querido ... Esta sabiduría ancestral nos habla de cómo hemos sido y cómo nos han enseñado a ser.

Sí, todavía seguimos siendo un poco como antes. Y es que somos producto de nuestra historia. Pero conocerla nos libera de lo que precisamente debe quedarse en historia. Saber de dónde venimos nos permite entender nuestra propia evolución y ser más sabios de nosotros mismos.
La diferencia que hay entre ser consciente o ignorante de nuestra historia es que siendo conscientes tendremos la opción de elegir qué camino crear, mientras que siendo ignorantes cada paso que demos estará completamente influenciado y limitado por lo que nos han enseñado.
En otras palabras, la sabiduría es firmeza y libertad de criterio propio, intelectual yespiritual.
Cuanta más sabiduría interna albergamos más conectados estamos con nuestro poder interno y más podemos aportar al mundo.
“Conocerse a sí mismo es el principio de la sabiduría.” Krishnamurti

La sabiduría y el autoconocimiento van de la mano en tanto que la sabiduría es una herramienta para conocerte. Permitirse ser sabio es desvestir la mente de resistencias muy limitantes relacionadas con el “yo no soy suficiente para saber”. No es solo “yo no sé” porque eso es lícito y natural dado que nacemos sin saber, sino “puedo saber tanto como desee”.
No reconocerse capaz puede cruzar la fina línea de la desidia y el victimismo porque justificamos nuestro miedo y falta de compromiso personal con la ignorancia.
La sabiduría es una pata más de la autoestima porque es la confianza en uno mismo, en el conocimiento que ya tenemos y en nuestra intuición. Es el compromiso personal de observar con atención y humildad el alrededor, comprenderlo y todo ello transformarlo en una herramienta para limitarnos un poco menos.
Para experimentar y vivir en este mundo con estabilidad y paz. Porque te tienes a ti y a tus valiosos recursos.
En conclusión, ser sabio o sabia es apostar por tu poder interno, con el que te alineas y enciendes tu vitalidad. Es dejarse iluminar por una nueva curiosidad, algo más madura pero tierna y pura. Es ilusionarse por la vida, por aprender y experimentar. Es ilusionarte por ti, por unas ganas imparables de explorarte en mil terrenos.
Laura Fusté Valls
Be Hipatia
Por Silvia García