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Según se desprende de este estudio, la relación que sostengamos con nuestros padres durante la adolescencia, es determinante para definir la manera en que nos relacionaremos íntimamente el resto de nuestras vidas.

Cuando ya teníamos asumido que éramos un desastre, que lo nuestro no tenía remedio y que teníamos que hacer un sobreesfuerzo para no olvidarnos de las cosas importantes, llega este estudio de la Universidad de Toronto que argumenta que, en realidad, nuestra inteligencia podría estar por encima de la media.

Un desalentador estudio publicado en el diario Demography nos hace saber que el convertirse en padre o madre puede hacer que nuestra vida sea más infeliz.

Hay recuerdos que se pueden borrar, jamás. Ni siquiera el terrible Alzeheimer puede con ellos, hablamos de los recuerdos musicales.

La historia muestra que tendemos a escoger líderes que son predecibles, inquebrantables y fuertes. Pero los investigadores indican que el liderazgo que necesitamos está caracterizado por lo opuesto: creatividad y flexibilidad.

¿Han cambiado los límites de la juventud? La revista médica The Lancet argumenta, en un artículo de opinión, que la adolescencia es un periodo vital que "ahora se extiende desde los 10 a los 24 años", cinco más de los 19 hasta ahora considerados como el momento de superación de esta etapa de la vida.

Aunque estamos seguros de que conocéis casos propios y ajenos en los que no es así, resulta que la ciencia ha demostrado que los primogénitos son los más inteligentes; por suerte para todos los segundones hay otras cualidades, podéis, por ejemplo, ser más simpáticos que vuestro hermano mayor.

Una teoría, preciosa por cierto, afirma que en la vibración podría estar el origen de la conciencia y en la frecuencia que da forma al Cosmos en su totalidad.

Pensar en la "La Parca" es una de las medicinas más eficaz para luchar contra lo substancial e irrelevante de nuestras vidas.