Aunque el caso más escandaloso fue la violación de Marlon Brando a Maria Schneider en "El último tango en París" de Bertolucci, no es la primera vez que en los vertederos de rumores hollywoodienses se cotillea sobre esas situaciones reales, de diferente índole, que suceden durante los rodajes de películas que, actualmente, son de culto.
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En esta escena de la impresionante versión que Francis Ford Coppola hizo en 1992 del Drácula de Bram Stoker, vemos a unos jovencísimos Keanu Reeves y Winona Ryder en el momento más alto de sus carreras, contrayendo matrimonio.
La obra maestra de Coppola, hizo que estos dos actores, máximos exponentes de la Generación X, tuvieran una popularidad desmesurada y, tal y como hemos descubierto recientemente, un matrimonio no deseado.
El director de la película ha reconocido recientemente, que la ceremonia ortodoxa griega celebrada durante la grabación del film podría tener validez legal; la situación se dio cuando Coppola no quedó contento con la primera toma y decidió que "tener la verdadera ceremonia de boda podría ser hermoso".
Ryder lo corroboraba en una entrevista a Entertainment Weekly: "Nos casamos en Drácula. No, lo juro por Dios, creo que estamos casados en la vida real. En esa escena, Francis usó un verdadero sacerdote rumano...".
Las imágenes de la ceremonia se alternan en la película con otra mientras a Ryder, a Reeves y al sacerdote se les ve hablando pero no se les oye, por lo que no se sabe si usa los nombres reales o los de sus personajes.
En cualquier caso, sea verdad o no esta curiosa anécdota cinematográfica ¿a quién no le gustaría estar casado "por accidente" con la dulce Mina o el valiente Jonathan?