La artista belga Adele Renault tiene una habilidad inigualable para convertir una modesta edificación urbana en una criatura de extraordinaria belleza.
Sus palomas hiperrealistas de gran tamaño adornan paredes en ciudades de todo el mundo. Renault recorre el mundo con la intención de imprimir color en las fachadas que normalmente los viandantes suelen ignorar. Sus coloridos diseños consiguen atrapar las miradas y llenan de vida zonas urbanas deslucidas.
Hace unos años, Renault se interesó por lo que ella misma definió como "deambular por el mundo macro", una concepción artística que se origina en la fotografía y que consiste en retratar de cerca pequeños objetos, captando así los detalles más ínfimos. De esta forma, reemplazó el diseño de aves gigantes por la creación de plumas individuales que siempre ha encontrado más atractivas.
“La textura es más deslumbrante e intrigante que mostrar todo. Las plumas se han convertido en mi propio idioma de alguna manera. Ahora los creó sin referencia fotográfica, más como una práctica meditativa que crea texturas y suavidad como resultado".
Desde entonces, sus murales se han desviado de retratar pájaros completos a enfocarse en grupos de plumas y las púas individuales que brotan en capas y mechones.
Aunque Renault se dedica a las formas realistas, sus obras de arte más recientes juegan con el color, inyectando los brillantes tonos de arco iris donde antes se emplazaban los azules y púrpuras naturales. Las plumas vibrantes irradian un brillo iridiscente y parecen ondular en la pared, un efecto trampantojo que la artista logra cubriendo meticulosamente con aceite o pintura en aerosol para crear profundidad y sombra.