En multitud de ocasiones hemos sido testigos de como, en todas las dispciplinas artísticas, mezclar la tradición con la modernidad o el vanguardismo es una apuesta segura que da increíbles resultados.
Por poner un ejemplo, la artista NeSpoon se dedica a las intervenciones urbanas creando murales en edificios en los que plasma con spray patrones tradicionales de encaje o ganchillo; la lista de artistas que reinventan el arte de ayer, es interminable.
En esa línea de reinventar formas y técnicas tradicionales con vanguardismo e, incluso, surrealismo, está el artesano Keiko Masumoto que con su serie "Kitsch Kogei" ha creado tazas y teteras con forma de pulpo pero pintadas con el antiguo estilo de la cerámica china.
Cada pieza que compone la serie, está inspirada en el mar y combina a la perfección una silueta surrealista con una estética clásica, marcando la línea entre la forma y la función.
Las creaciones presentan patrones azules y blancos pintados de manera intrincada y que son característicos de los productos tradicionales chinos y japoneses; al igual que las piezas antiguas que los han inspirado, los jarrones, las teteras y las urnas de Masumoto pueden ser utilizadas.
Sin embargo, a diferencia de la cerámica antigua, las cerámicas contemporáneas de Masumoto, por su belleza, también pueden ser esculturas surrealistas de tentáculos enrollados, cabezas bulbosas y ojos siempre visibles y pintados en dorado que se materializan sobre las superficies acristaladas.
Para el artista, esta relación entre el arte y la artesanía es una fuerza impulsora que al crear piezas, que a la vez son funcionales y escultóricas, cuestiona, explora y desafia las percepciones convencionales del arte.
Masumoto explica, "Ya sea arte o artesanía, quiero ofrecer un trabajo que sea intensamente consciente de esa categoría, ese marco, para explorar lo que yo mismo sentí; lo que me impulsó a crear esta serie de trabajos, fue la idea de que podrían generar varios tipo de información si se presentan de una manera interesante; obras que se sitúan en ese límite ambiguo".
Las piezas extravagantes de este creador parecen adquirir vida por sus volúmenes tridimensionales y, sin lugar a dudas, elevan el oficio de hacer cerámica a la categoría de arte.
Keiko Masumoto: Web