Todos vivimos una doble vida, escondiendo partes que no nos gustan de nosotros mismos a los demás, ocultándonos verdades incómodas y, sin embargo, ese “otro” integra todo nuestro ser.
No podemos huir de nosotros mismos, no importa cuánto lo intentemos. Bajo esta premisa, la artista Claudette Schreuders ha creado su serie Doubles: un conjunto de figuras de madera y trabajos en papel con las que representa la inevitable (e inquietante) dualidad del ser.
A través de sus esculturas figurativas, la artista de Ciudad del Cabo nos representa en nuestros momentos más íntimos, cuando nos mostramos como realmente somos, sin máscaras, sin fingir, solos con nosotros mismos y nuestro “otro”, esa parte que dejamos encerrado en nuestras profundidades mientras estamos en público.
Con Doubles, como espectadores sentimos una especie de inquietud interna, el mismo que nace de la certeza de reconocer esas escenas y reconocernos en una dualidad molesta. El “otro”, más que como una sombra, se presenta como alguien de quien no podemos escapar, alguien que nos vigila, pero también alguien que nos apoya cuando nadie más parece hacerlo.
En la creación de estas esculturas, la pandemia, el aislamiento y el distanciamiento social a raíz de la pandemia han tenido una influencia clara, tal y como comparte Schreuders.
“Uno de los descubrimientos que más me impactaron fue cuando, recién graduada, comencé a trabajar en mi propio estudio y me di cuenta de lo solitario que es trabajar así y lo duro que es tenerte a ti mismo como compañía. Creo que eso no es algo con lo que solo los artistas y los escritores tienen que vivir estos días”.
La artista de Ciudad del Cabo ha mostrado sus raíces africanas y europeas en sus obras, desde figuras medievales religiosas, hasta técnicas de grabado del este africano y del retrato español.
Una multiculturalidad que pone en común lo que nos une a todos: nuestra propia compañía, el “otro” al que escondemos. Porque, al final, tal y como vaticinó Perdidos, todo se resume a “vivir juntos, morir solos”.