En la primavera de 1980 el fotógrafo Bruce Davidson descendió al mundo que hay en las profundidades del metro de Nueva York para comenzar el proyecto ‘Subway’.
En lugar de seguir empleando el blaco y negro, rasgo particular en su obra, Davidson se pasó al color para poder captar mejor la dimensión multicultural y variopinta de las instalaciones del New York City’s Subway System.
Cada una de las imágenes de Subway capturan cómo la sociedad evolucionaba y se entremezclaba en aquellos años. Según el fotógrafo, esta serie de fotografías funcionan como un amalgama de rasgos culturales que explican Nueva York. Davidson prestó especial atención al grafite, que describió como un leguaje secreto que se desencriptaba en el metro.
Este proyecto fue para Davidson un reto, tanto físico como mental. Aproximarse a los personajes que poblaban el metro no siempre fue sencillo: “Fue difícil acercarme incluso a una viejecita. Hay una barrera entre las personas que viajan en el metro: se desvían las miradas, se levanta el muro".
Se trataba de una tensión dolorosa que exigía actuar rápidamente. "Si vacilaba mi sujeto podría bajarse en la siguiente estación y perderse para siempre".
Juegos de sombras, miradas penetrantes, rictus acorde a la sordidez del medio de transporte y mucha vida urbana. Subway es una obra clave para entender cómo era el trasporte subterráneo, y por tanto, la vida en la superficie, de Nueva York.
Para la tarea que tenía por delante, Davidson tuvo que prepararse con sumo cuidado, tanto física como mentalmente.
“Si dijeron ‘sí’, fue sí; si decían, 'No', entonces sabía que era un no para siempre".
Fue difícil para mí acercarme incluso a una viejecita. Hay una barrera entre las personas que viajan en el metro: se desvían las miradas, se levanta el muro. El rompimiento de esta dolorosa tensión. Tuve que actuar rápidamente por impulso, porque vacilé, mi sujeto podría bajarse en la siguiente estación y perderse para siempre.