Las distintas disciplinas artísticas, las referencias dispares y las caprichosas musas resultan mucho más brillantes y más vibrantes cuando se mezclan y dan a luz piezas visualmente arrebatadoras.
Es así como ocurre en el trabajo de Kiki Xue en el que convergen la fotografía, la moda, el color y un folclore asiático que se reinventa en espectaculares retratos que son auténticas obras de arte que parecen pinturas.
Nacido y criado en la ciudad de Chengdu, China, el fotógrafo Kiki Xue tiene como objetivo expresar una amplia gama de emociones a través de una investigación exhaustiva de los detalles. Actualmente vive y trabaja como fotógrafo de moda y arte en París.
Kiki Xue ha exhibido algunas de sus obras en la capital francesa y ganó el premio Photo Vogue Festival en Milán. Como parte de su carrera como fotógrafo de moda, trabaja con las principales revistas, incluidas Vouge Italia, Vogue China, Vogue Arabia, CR Mag, Harper's Bazaar China, Boycott y más.
En sus capturas, su objetivo es expresarse y transmitir su aprecio por los objetos y las personas bellas e imperfectas a través de una variedad de formas culturales. No oculta defectos ni detalles destruidos que, en su opinión, son una parte inherente de la belleza.
Sus diseños y composiciones detallados y pensados animan al espectador a detenerse y observar la obra, que luego resuena como una reacción interna en el observador o bien por las formas y las texturas textiles o por la emoción que se plasma en los rostros de los modelos
Xue observa el efecto de la luz natural y trabaja con ella para iluminar sus obras. Trabajando con cámaras digitales y de película, Kiki Xue explora muchos reinos diferentes; el cuerpo humano, la naturaleza muerta, el retrato y la moda; creando imágenes profundas y detalladas de colores vibrantes.
Kiki tiene el poder y el talento de embriagarnos con la belleza externa mientras nos golpea con esa belleza que es mucho más difícil de capturar y percibir, la interna.