Solo los luthiers han podido asomarse al interior de los instrumentos musicales que con sus propias manos fabrican. Para el resto de mortales el interior de esas cajas mágicas que nos devuelven sonidos tan bellos y variados son todo un misterio.
Un piano en su interior parece un complicado juego de combinaciones de teclas, los instrumentos de viento podrían describirse como una laberíntica maraña de tubos retorcidos y fríos en los que es imposible entrar, salvo con herramientas muy pequeñas, como la sonda utilizada por el fotógrafo Charles Brooks.
Brooks es un experimentado violonchelista de orquesta y fotógrafo, afincado en Auckland, Nueva Zelanda. En su último proyecto fotográfico Architecture in Music aúna sus dos grandes pasiones y nos invita a adentrarnos en el interior de diferentes instrumentos musicales, como pianos, saxofones, violonchelos y flautas, entre otros.
Tras más de veinte años tocando como violonchelista en orquestas internacionales, este artista polifacético sentía curiosidad por saber lo que ocurre dentro de sus instrumentos. "De vez en cuando, cuando se repara un instrumento, se puede echar un vistazo al interior, lo que siempre es una experiencia emocionante", explica el artista.
La idea de la serie fotográfica se le ocurrió por casualidad, después de llevar su instrumento a un luthier para que lo reparara y descubrir cómo era realmente por dentro. Para sorpresa del espectador y del propio fotógrafo, las imágenes parecen captar los interiores de grandes espacios, con todas las geometrías propias de los proyectos arquitectónicos.
Los agujeros y sinuosas curvas de la madera interior de los instrumentos parecen puntos de luz, grandes ventanas que iluminan las habitaciones o pasillos kilométricos que conectan “estancias” en las que siempre suena música melódica.
Charles Brooks: Instagram