Si hay algún tono que siempre será asociado con el universo femenino, ese siempre será el color rosa, por lo menos hasta que consigamos que se dejen de asignar colores determinados a los géneros.
Esta visión heteronormativa, como tantas otras, nos encasilla como sociedad, pero desde los colectivos artísticos se busca incansablemente la reapropiación de los estereotipos de los roles de género.
La joven fotógrafa australiana Prue Stent se ha valido de ello para concebir una nueva narrativa visual femenina donde los cuerpos femeninos y las tonalidades rosáceas se entremezclan dando como resultado un discurso sensual, onírico y surrealista que, en ocasiones, incluso llega a resultar grotesco.
Stent comenzó a investigar el mundo de la fotografía en la adolescencia, a los dieciséis años. Y en sus cuatro proyectos fotográficos, un hilo conductor parece unir todas sus tomas: las mujeres. Desde que tomó por primera vez una cámara en sus manos su forma de plasmar lo que mira a través del objetivo es espontánea.
Esa espontaneidad se percibe en cada una de sus instantáneas. Todas ellas parecen un juego instintivo que le permite experimentar, explorar, reflexionar sobre una nueva belleza ligada al cuerpo femenino que no es un objeto a inmortalizar, sino una estatua que muestra su belleza solo cuando se deja libre para actuar espontáneamente.
Prue Stent: Instagram