La fotógrafa conceptual Victoria Adame retrata mediante una serie de fotografías la lentitud y calma que parece no caracterizar nuestro día a día.
El culto a la velocidad nos ha empujado hasta el punto de ruptura. Vivimos al borde de la extenuación, y tanto el cuerpo como la mente nos recuerdan constantemente que el ritmo de la vida gira vertiginoso, descontrolado.
Esta serie fotográfica está inspirada en el libro Elogio a la Lentitud de Honore Carl que habla de nuestra relación cada vez más dependiente del tiempo, y aborda las consecuencias y la dificultad de vivir en esta cultura acelerada que hemos creado.
Vivimos en la era de la velocidad. El mundo que nos rodea se mueve con más rapidez que nunca. ¿Es posible, e incluso deseable, hacer las cosas con más lentitud?
Victoria Adame | Instagram