En 2020, la pandemia frenó en seco la libertad de todo el mundo, con especial incidencia en las personas LGTBI, privadas de sus refugios sociales y sus formas de expresión más puras en comunidad.
Libertad para ser quien quieres ser, sin prejuicios, sin nadie que te juzgue, sin barreras, sin límites y sin miedo. Eso es lo que sienten las personas que pertenecen a la comunidad queer cuando están juntas, una comunión que nace del amor más puro y de la posibilidad de elegir cómo vivir la vida alejados de los límites y las barreras sociales.
Pero toda esa libertad se frenó en seco con la llegada de la pandemia y la imposibilidad de juntarse en comunidad. La vida social y la nocturna pasaron a ser inexistentes y, con ello, muchas personas sintieron que perdían a su familia y los espacios donde se sentían seguros.
Pasado lo más duro de la crisis sanitaria, la comunidad queer resurge poco a poco y con fuerza, con más ganas que nunca de celebrar la vida y de vivir como se desee.
Este ambiente de celebración ha sido el germen de una serie de fotografías Polaroid realizadas por Jessica Polar, fotógrafa canaria y photo producer residente en Ámsterdam.
Las imágenes capturadas por Jessica retratan a distintas personas queer en la capital de los Países Bajos y la ciudad de Berlín, almas libres que disfrutan jugando con el maquillaje, la idea del género e imaginar una sociedad sin límites para expresarse.
En sus retratos vemos la reminiscencia de las polaroids de Andy Warhol, quien nunca dudó en llevar una cámara siempre encima para poder capturar a las almas que le rodeaban y no olvidarlas jamás.
Eso es precisamente lo que la fotógrafa canaria ha querido conseguir con su serie: inmortalizar a la comunidad queer, darles visibilidad y celebrar que, poco a poco, los espacios queer están de vuelta tras una situación tan dura como una pandemia mundial.
Celebremos las almas retratadas por Jessica y a la comunidad queer, un espacio donde la libertad es el elemento vertebrador.