¿Cómo somos cuando nadie nos ve realmente? ¿Y cuando desafiamos con la mirada al espectador y le retamos a que nos mire de frente sin prejuicios, completamente despojados de cualquier miedo?.
En las imágenes de María Fernanda Pérez, la intimidad parece respirarse en toda su delicadeza y elegancia.
La fotógrafa venezolana es capaz de capturar la naturaleza y la feminidad en un instante, jugando con los colores vivos y suaves, como sus protagonistas, que irradian una fuerza arrolladora al tiempo que nos muestran su fragilidad más honesta.
“Mi obra surge desde una atracción por la luz”, declara María, una luz a la que como espectadores miramos con la misma atracción que la fotógrafa, quien la emplea a su antojo para crear sombras casi dotadas de vida, como una figura más que se inserta de forma natural en el marco de la imagen.
María tiene la capacidad de encontrar los detalles que hacen únicos a cada uno de sus protagonistas, motivos físicos por los que podrían sentirse acomplejados en una sociedad que intenta encorsetar en modelos asépticos e idénticos a sus individuos. Y, sin embargo, la fotógrafa consigue alabarlos con mimo.
El resultado son imágenes llenas de luz, de intimidad, de fuerza íntima y delicada. Imágenes que se mueven entre la línea editorial de moda y un álbum de retratos personal.
Gracias a fotógrafas como María Fernanda Pérez, recordamos que la verdadera belleza está en cualquier parte, tan solo hay que saber buscarla.