Las agencias publicitarias siempre están buscando nuevos fotógrafos y artistas cuyo trabajo puedan tomar prestado, "robar" o contratar.
Pues deberían ver a Kerry Skarbakka, cuya serie de fotos "The Struggle To Right Oneself" es una de las ideas más simples, originales y sin embargo, más extrañas que jamás hayamos visto: se lanza por un acantilado o una cornisa (o se resbala en una ducha). o cae por las escaleras) y capta el aterrador momento en el que va por el aire en esas situaciones.
Skarbakka ha estado tomando fotos desde 2001. Tras los ataques del 11 de septiembre y la muerte (no relacionada) de su madre, se interesó cada vez más en captar lo que significaba vivir en un mundo incierto e inseguro en el que no se puede confiar en nada, y las personas deben luchar por su estabilidad.
Como fotógrafo, ha reducido este concepto a un asunto literal y físico. Skarbakka dice, sobre cómo realiza sus instantáneas, que para las caídas menos peligrosas, "simplemente lo hago".
"Si no puedo usar una cuerda, pongo algo como un colchón o un cartón".
Cómo evita las lesiones? "Obviamente es una pregunta que me hacen mucho".
La respuesta, para algunas de las más peligrosas, es cuerdas y aparejos.
Si Skarbakka usa una cuerda, trata de esconderla con el ángulo de la cámara.
De lo contrario, la cuerda es eliminada con Photoshop después de la sesión.
Esta escena de la ducha "fue una de las más difíciles", dice Skarbakka, "porque tuve que obtener un punto de apoyo para voltearme hacia atrás. Básicamente tengo una sola cuerda alrededor de la cintura. De todas formas no fue un proceso nada sofisticado".
En esta foto, Skarbakka tuvo que saltar sobre un agujero lleno de matorrales ardiendo unas 10 veces para obtener la imagen. "Puse agua en mi ropa y aloe vera en mi cabello. Perdí mis pestañas, porque el fuego te envuelve".
Skarbakka ha resultado herido por su trabajo.
Se rompió una costilla una vez. Pero dice que sufrió más cuando comenzó a pelear en jaulas para ponerse en forma, a los 38 años.
"Recibí una paliza real solo por poner mi cuerpo en forma".
Hay una caída de 150 metros debajo de este puente ferroviario. "Esa fue una situación peliaguda. Tuve que entrar y salir muy rápido". Llevaba una cuerda alrededor de su cintura.
"A veces llega la policía", dice, "si he entrado ilegalmente".
"Podría haber sido demandado por uno o dos propietarios".
Él a menudo está desnudo en su trabajo. "Supongo que es por esa sensación de vulnerabilidad. Hay algunos casos en los que me quito los zapatos. ¿Qué intentamos proteger? Nuestro cuerpo. Lo cubrimos con ropa, nos ponemos zapatos en los pies".
En las galerías, las fotos se muestran casi a tamaño real, en hojas de 60 x 72 pulgadas.
Skarbakka tiene ahora 42 años, vive en Prescott, Arizona, y trabaja como profesor en el departamento de Medios Digitales y Estudios Fotográficos en el Prescott College.