300 A finales de julio lanzamos el concurso de fotografía "El verano de nuestras vidas", con el estío y todo lo que significa como protagonista y en el que hemos podido participar todos, con 1.700 euros en premios en metálico y una exposición coral pública y gratuita que celebraremos del 15 de octubre al 14 de noviembre en el Paseo de Coches del Parque del Retiro de Madrid.
Aquellas, aquellos que veáis alguna de vuestras imágenes incluidas en este artículo y queráis que vuestra fotografía mencionada forme parte de la exposición "El verano de vuestras vidas" que vamos a instalar en el Parque del Retiro de Madrid del 15 de octubre al 14 de noviembre, por favor, mandadnos las fotografías antes del 24 de septiembre y en la mayor resolución posible a concursos@culturainquieta.com.
Nota importante: Dada la fabulosa acogida del concurso, con cerca de 23.000 fotografías presentadas y un nivel magnífico, hemos tardado dos semanas más de las a priori anunciadas, en comunicar las fotografías mencionadas y ganadoras.
Nos ha costado muchísimo hacer estas selecciones. Tanto las fotografías ganadoras como las mencionadas bien podrían haber sido muchísimas más, dado el alto nivel de las fotografías participantes.
Además, nos da mucha pena saber que no tenemos la certeza de que hayamos podido haber visto y valorado todas y cada una de esas 23.000 fotografías dado que nos hemos encontrado con un error recurrente de Instagram a la hora de mostrar las imágenes que llevan el hashtag #Elveranodenuestrasvidas.
Que valga este amplia miscelánea de imágenes como una muestra de vuestras diferentes maneras de observar el verano, la realidad y la vida.
A través de este concurso, nos habéis abierto las páginas de vuestros álbumes familiares, nos habéis invitado a flotar en las aguas de vuestros mares y a tomar el sol en vuestras playas. Nos habéis paseado por pueblos y ciudades bajo el sol estival e incluso nos habéis invitado a comer alrededor de vuestras mesas celebrando momentos únicos.
Ha sido tan maravilloso asomarnos a esas ventanas que nos devuelven postales de absoluto disfrute, que creemos conveniente, por reciprocidad, describiros con palabras esos momentos que para nosotros significan verano.
La meteorosensibilidad es una patología anímica que sufrimos un alto porcentaje de la población. En contra de lo que los médicos dicen, no tiene nada que ver con las migrañas, los reumas o las alergias, es una enfermedad que se refleja en los diferentes estados que el alma adquiere cuando se producen los cambios de estación y las variaciones climatológicas.
La sintomatología es un conjunto de sensaciones parecidas a las que se tienen cuando se escucha una canción, pero prolongadas en un espacio de tiempo más amplio; una canción puede ponernos las entrañas melancólicas como el otoño, la sangre efervescente como la primavera o el humor gélido como el invierno, pero ¿qué nos pasa cuando escuchamos al verano?
La época estival activa los mecanismos reminiscentes de nuestro cerebro poniendo patas arriba todos los recuerdos relacionados con la felicidad que proporcionaban acabar el curso, cambiar la ropa de invierno por la de verano, jugar a las guerras con globos de agua como únicas armas, hacer una casa en un árbol, tener las rodillas negras de junio a septiembre, conocer a la/el vecina/vecino que venía al pueblo en vacaciones o ir a la playa por alguna carretera secundaria con tus hermanos apiñados en el viejo coche de tu padre.
El verano es para los niños que son y los que lo siguen siendo.
"Imagino que viene bastante por aquí. Que el verano de su vida fueron todos aquellos que pasaron juntos. Y que, pese a que esta vez solo le acompañe su moto, sigue siendo un espectáculo subir hasta aquí y ver la puesta de sol cada tarde" - jaumefiguera
"La incertidumbre y el malestar nos acompañó meses, el calor y la amistad la extrañamos mucho..." - lobeno_km
Con la colaboración de Iberdrola