Loneliness is loud when everybody is out de Nicolás Villamizar.
Rose et Vin rouge de Nicolás Villamizar.
Love garden de Nicolás Villamizar.
Happy Pills de Nicolás Villamizar.
La solitudine de Nicolás Villamizar.
Desire de Nicolás Villamizar.
Norwegian Living de Nicolás Villamizar.
The day after de Nicolás Villamizar.
Dakota de Nicolás Villamizar.
Mamá de Nicolás Villamizar.
Retiro de Nicolás Villamizar.
Pegasus de Nicolás Villamizar.
Nude selfie de Nicolás Villamizar.

Nicolás Villamizar: el arte de contar con trazos y colores

Nicolás Villamizar: el arte de contar con trazos y colores

En una era donde el tiempo se ha convertido en el lujo más preciado, el arte surge como una pausa necesaria, un espacio para la contemplación y la conexión. Nos invita a mirar más allá de las distracciones diarias: el trabajo, las responsabilidades, y el constante ruido de la rutina.

Es un recordatorio de que, incluso en medio del caos, hay belleza en lo sencillo, en lo cotidiano, en lo que a menudo pasamos por alto.

Loneliness is loud when everybody is out de Nicolás Villamizar.
Loneliness is loud when everybody is out de Nicolás Villamizar.

Los espectadores buscamos espejos que nos devuelven fragmentos de nuestras propias vidas, donde cada detalle escondido puede ser un nuevo descubrimiento, una chispa de emoción compartida.

Rose et Vin rouge de Nicolás Villamizar.
Rose et Vin rouge de Nicolás Villamizar.

“No pienso en el arte cuando estoy trabajando. Trato de pensar en la vida.”

Jean-Michel Basquiat

El arte como un diario sin fechas precisas, un reflejo íntimo de lo vivido y lo imaginado. En él convergen las memorias borrosas del pasado y las emociones intensas del presente, como si cada obra pudiera capturar aquello que el tiempo se empeña en desdibujar

Es un lenguaje que no busca respuestas definitivas, sino un diálogo constante entre el creador y el espectador, entre el entorno que nos rodea y la intimidad que guardamos dentro.

Love garden de Nicolás Villamizar.
Love garden de Nicolás Villamizar.

Nicolás Villamizar, artista nacido en Bogotá en 1982, entiende esta dualidad del arte como pocos. Sus cuadros son una síntesis de lo urbano y lo íntimo, un mosaico de líneas, colores y formas que narran historias cargadas de nostalgia y fuerza. En sus trazos, se percibe el pulso de la calle, el ritmo de la ciudad, pero también la delicadeza de lo personal, de los recuerdos que todos llevamos dentro.

Este artista colombiano, conocido como «Acondiéresis» y madrileño de adopción (lleva más de 20 años residiendo en la capital de España), no busca imponer un significado; su arte es una invitación a que cada espectador descubra el suyo. Es un puente entre mundos: la pintura clásica y el graffiti, lo eterno y lo efímero. 

En el universo creativo de Villamizar, el arte no es solo una manera de representar el mundo, sino de contarlo, de darle voz a las historias que nos definen. Su capacidad para transformar lo cotidiano en algo extraordinario lo posiciona como un narrador visual de nuestro tiempo, una figura clave en el panorama artístico contemporáneo.

Happy Pills de Nicolás Villamizar.
Happy Pills de Nicolás Villamizar.

La obra de este polifacético artista abarca pintura, escultura, ilustración y dirección creativa, destacando por su capacidad de integrar el arte en murales, instalaciones, prendas de vestir y colaboraciones con marcas globales. Su proyección internacional le ha permitido exponer en galerías y ferias de todo el mundo, desde Madrid a Nueva York pasando por  Lisboa, Amberes y Miami, entre otros.

La solitudine de Nicolás Villamizar.
La solitudine de Nicolás Villamizar.
Desire de Nicolás Villamizar.
Desire de Nicolás Villamizar.

El estilo de Nicolás Villamizar encuentra su fuerza en el trazo y el color, elementos que son tanto lenguaje como emoción. Sus gruesas líneas, siempre dinámicas, aportan un carácter indomable a cada composición, mientras los colores vivos y contrastantes construyen atmósferas que son tanto frescas como nostálgicas. 

Villamizar transforma lo figurativo y lo abstracto en narrativas que oscilan entre lo introspectivo y lo frenético, como una improvisación de jazz que encuentra su armonía en la aparente disonancia.

Norwegian Living de Nicolás Villamizar.
Norwegian Living de Nicolás Villamizar.
The day after de Nicolás Villamizar.
The day after de Nicolás Villamizar.

En la temática de su obra, la figura femenina emerge como eje y epicentro. La mujer, representada con fuerza y sensualidad, se convierte en diosa, reina y musa, rodeada de un bestiario personal donde perros, pájaros, serpientes y dragones enriquecen un lenguaje plástico lleno de significado.

Dakota de Nicolás Villamizar.
Dakota de Nicolás Villamizar.
Mamá de Nicolás Villamizar.
Mamá de Nicolás Villamizar.
Retiro de Nicolás Villamizar.
Retiro de Nicolás Villamizar.

En este mundo fantástico, con un trazo vibrante y deliberadamente ingenuo, sus composiciones exploran temas como la identidad, la memoria y el amor, fusionando lo erótico con lo poético. Villamizar nos demuestra que lo sencillo no es simple, que en el gesto más puro habita una trayectoria de búsqueda y aprendizaje. 

Pegasus de Nicolás Villamizar.
Pegasus de Nicolás Villamizar.
Nude selfie de Nicolás Villamizar.
Nude selfie de Nicolás Villamizar.

El arte es un canal donde lo bello no solo embriaga los sentidos, sino que también alimenta el alma con reflexiones profundas y universales. En Cultura Inquieta aplaudimos a los artistas que tejen mensajes que nos invitan a mirar más allá de lo evidente, a encontrar sentido en lo que parece común, y a descubrir la poesía en todo lo que nos rodea.

Nicoläs Villamizar: Instagram

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