El fervor por las máquinas, que caracteriza gran parte del arte del siglo XX, se sintetiza en las palabras de Duchamp durante su visita al Salón de l’Aéronautique de París en 1912: “La peinture est morte. Qui pourra faire mieux que cette hélice?” (La pintura está muerta. ¿Quién puede hacerlo mejor que esta hélice?)
Impresionados por la capacidad de la máquina para cambiar el mundo y, al mismo tiempo, deseando afirmar la capacidad del arte para hacer lo propio, los artistas se lanzan a explorar conceptos apenas abordados hasta entonces.
En el centenario del primer Manifiesto del surrealismo de André Breton (Manifeste du surréalisme, 1924), la Fundación Canal acoge una exposición que desvela la influencia que la máquina ejerció sobre destacados artistas como Stieglitz, Man Ray, Picabia o Duchamp.
La muestra, Surrealismos. La era de la máquina, nos traslada a los primeros años del siglo XX, una época marcada por la devastación posterior a la Primera Guerra Mundial. Por aquel entonces, en Nueva York, el arte abraza la industrialización y la máquina toma protagonismo como objeto del arte y, al mismo tiempo, se erige como instrumento crítico para su creación.
Es la apertura de un camino que conduce al arte contemporáneo.
Más de 100 obras son las encargadas de llevarnos a ese momento vital y creativo de los artistas que dejaron a un lado la razón para poner el foco en la belleza de lo inerte.
El recorrido que nos propone la Fundación Canal se divide en cuatro secciones temáticas: "El nuevo mundo y la fotografía pura"; "Del desnudo artístico al cuerpo como máquina"; "De la abstracción a la máquina"; y "Eros y máquinas".
Las obras seleccionadas testimonian esta explosión creativa que marcó el inicio del siglo XX en Nueva York. Hablamos de piezas de Marcel Duchamp, Man Ray, Francis Picabia y Alfred Stieglitz, autores que rompieron la tradición academicista y se adentraron en una nueva era de modernidad: la era de la máquina.
“Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral.”
André Breton, Manifeste du surréalisme, 1944
En 1915, Paul B. Haviland, fotógrafo y miembro destacado del grupo Photo-Secession de Nueva York, proclamó en la revista 291 : "vivimos en la era de la máquina". Un siglo después, su significado resuena aún más profundo en una sociedad donde la tecnología define nuestra existencia.
La cámara fotográfica y la fotografía misma empezaron a ser reconocidas como medios de expresión artística gracias al visionario Alfred Stieglitz, quien introdujo la vanguardia en Estados Unidos a través del grupo Photo-Secession, las galerías The Little Galleries y 291, y la revista Camera Work. Estas iniciativas sentaron las bases del arte estadounidense y su identidad única.
En ese momento, el arte se volcaba hacia una América industrializada y efervescente. El objeto industrial seriado, producto de la máquina, aparece por primera vez en la historia del arte para quedarse de manera definitiva.
El afianzamiento de las nuevas conquistas científicas y técnicas, los aparatos de laboratorio, los motores de automóviles, la optometría, las matemáticas, los aeroplanos, barómetros y otros instrumentos constituyen un momento histórico que marcará para siempre la obra de estos artistas, evolucionando hacia el dadaísmo y el movimiento surrealista.
Será Dalí, dentro del surrealismo, quien más adelante aporte el concepto del arte como "máquina del pensamiento", una ventana abierta a un mundo onírico, al inconsciente, a lo irracional y a lo artificial.
Video resumen de la exposición Surrealismos. La era de la máquina
La exposición abarca una amplia gama de técnicas y prácticas surrealistas, desde fotografía, pintura, grabados, dibujos, revistas hasta documentales.
Allá donde el metal cantaba y las máquinas susurraban, estos artistas tejieron nuevos sueños, los de la modernidad.
Surrealismos, la era de la máquina
Del 7 de febrero al 14 de abril de 2024
Fundación Canal
Entrada libre y gratuita (C/ Mateo Inurria 2, Madrid).