A James Dean le bastaron solo tres películas para convertirse en un ídolo y una prematura muerte para convertirse en una leyenda.
Con tan solo 20 años, el inolvidable actor empezó realizando papeles menores en programas de televisión y obras de teatro durante comienzos de la década de 1950 hasta que se mudó a Los Ángeles para convertirse en la estrella que sabía que iba a ser.
En 1955, Al Este del Edén, de Elia Kazan y Rebelde sin causa, de Nicholas Ray lo convirtieron en el símbolo de toda una generación por ser la bella imagen de lo que era ser un adolescente perdido y desencantado con la vida. Por estos dos papeles protagonistas, Dean recibió sendas nominaciones a los Oscar y a los BAFTA.
Tan solo un año después, consiguió otro papel principal en la cinta Gigante, de George Stevens por el que recibió un nominación al Oscar póstuma, siendo el primer actor en tener este honor. En esta ocasión, la joven estrella emergente ya estaba consagrada y compartía cartel con intérpretes de la talla de Rock Hudson y Elizabeth Taylor.
Precisamente, Taylor fue la que en septiembre de 1955, a punto de finalizar el rodaje de Gigante, le regaló a su amigo Dean un gato siamés que recibió el nombre de Marcus en honor a un primo del actor.
Estas fotografías fueron tomadas días antes del fatídico accidente de coche que acabó con la vida del joven James Dean. Fueron algunas de las últimas capturas que hay del actor.
Por todos es conocido que la otra gran pasión de James, aparte del cine, era la velocidad y los coches. Cuando Nicholas Ray le contrató para el papel de Jim Stark en Rebelde sin causa, coprotagonizada por Natalie Wood, se compró su primer Porsche, un Speedster 356 descapotable blanco, al cual llamaría Pequeño bastardo. El 26 de marzo del 55 corrió su primera y segunda carrera donde fue el primero en una y el segundo en otra.
Su pasión por los coches le vino inculcada por el pastor de la iglesia a la que acudía el actor en su etapa de adolescente. Cuando Elizabeth Taylor murió, salió a la luz un secreto que ella misma reveló off the record a un periodista al que hizo jurar que no lo contaría hasta que ella muriese. Dean confesó a Taylor en las largas noches de rodaje de Gigante, que, durante años, sufrió abusos sexuales por parte de este pastor.
Cuando la verdad salió a la luz, muchos encontraron una explicación al carácter retraído y atormentado con el que Dean impregnaba a todos sus personajes y que lo convirtió en un icono y en un ídolo de masas.
El actor tenía que ir a Salinas (California) el 30 de septiembre de 1955 para participar en una competición de carreras de coches por lo que necesitaba a alguien que cuidara de Marcus.
Su amiga, la actriz Jeanette Doty (con quien Dean había salido anteriormente) había accedido a cuidarlo. La noche antes de partir, Dean la visitó para llevarle el gato. Junto con Marcus, Dean también le dio a Jeanette una nota con instrucciones sobre cómo alimentarlo y cuidarlo:
“1 cucharadita de Karo blanco, 1 lata grande de leche evaporada, partes iguales de agua hervida o agua destilada, 1 yema de huevo, mezclar y enfriar. No lo alimentes con carne fría ni fórmula. 1 gota de solución vitamínica al día. Lleva a Marcus al Dr. Cooper en Melrose para que le pongan las vacunas la próxima semana”.
Dean jamás volvió a recoger a Marcus.
"Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver", John Derek en Llamad a cualquier puerta.