Estas perlas flotantes están pensadas para revolucionar el turismo de lujo, sin comprometer el medio ambiente, diseñadas para disfrutar al máximo de la belleza del mar.
Mecerse con el vaivén del mar, escuchar el rubor de las olas, sentir la brisa marina en la cara, torrarse al sol, darse un chapuzón sanador en el agua salada… el verano es un atractivo para el turismo de playa, una invitación a acercarnos a la naturaleza y disfrutar al máximo de un regalo tan bonito y relajante como el agua del mar.
Algunos quieren disfrutar tanto de este regalo de la naturaleza que incluso se alojan en hoteles flotantes, aunque de momento solo sea accesible para unos pocos bolsillos privilegiados. Pero, lejos de las claras ventajas que tiene dormir en un hotel sobre el mar, estos hoteles son perjudiciales para el medio ambiente de una manera parecida ala que los grandes cruceros dañan las aguas del planeta.
Preocupado por esta problemática, el diseñador Pierpaolo Lazzarini ha presentado una alternativa más recreativa y sostenible: las Pearl Suites.
Tal y como su nombre indica, las perlas flotantes de la compañía funcionan como hoteles de lujo que van sobre el mar. De forma esférica, funcionan completamente con luz solar y sus prestaciones no tienen nada que envidiar a las comodidades de un hotel de cinco estrellas clásico.
Las perlas, además, se pueden mover y quedar fijas a través de una especie de ancla. Así se puede expandir la oferta hotelera sin perjudicar al medio ambiente y moverse con el vaivén de las olas.
Las Pearl Suites flotan gracias a una plataforma dotada de movilidad, que le permite adaptarse al vaivén de las olas y permite mantener la estabilidad a bordo de la perla en sus 22 metros cuadrados de espacio interior.
La energía solar se encarga de dar potencia y poner en funcionamiento a cada una de estas habitaciones flotantes, que están dotadas de un sistema de aire acondicionado y tiene capacidad para enchufar electrodomésticos como un televisor o una nevera. Y, si llueve, su generador de hidrógeno, permite producir energía a bordo.
Disfrutar de los lujos del mar sigue siendo una actividad destinada a los más pudientes. Al menos ahora lo harán de una forma más sostenible y sin dañar esa riqueza popular tan querida por todos: el mar.