Yves Saint Laurent visitó la ciudad marroquí en 1966 por primera vez. Le sorprendió y emocionó tanto que, inmediatamente, se compró una casa allí a la que iba con frecuencia.
Por eso la construcción de un museo que le homenajeara en el lugar que tanto le inspiró era una evolución natural de una historia de amor entre el diseñador parisino y Marrakech.
La conexión era tal que Saint Laurent, junto a su pareja, Pierre Bergé, restauraron y vivieron en el impresionante Jardín Majorelle, un jardín botánico creado en su momento por el pintor francés Jaques Majorelle.
El Museo Yves Saint Laurent, que se encuentra muy cerca de este lugar, tiene una extensión de 4.000 metros cuadrados y cuenta con un espacio para la exposición permanente (donde se encuentran los diseños de ropa, accesorios de alta costura y bocetos del creador), un auditorio, una biblioteca, una librería y una cafetería.
El estudio de arquitectura francés Studio KO han sido los responsables -por encargo de Bergé- de levantar esta impresionante construcción que se inauguraba en octubre de 2017. Para ello comenzaron por investigar los archivos de Saint Laurent para entender este especial vínculo con la ciudad.
Así descubrieron que los colores y sonidos de Marruecos ejercían una poderosa influencia en el modisto quien a menudo los incorcoporaba en sus diseños de alta costura. Para dejar constancia de esta inspiración en el museo, el equipo de Studio KO ha diseñado un espacio que juega con las curvas y líneas rectas, algo muy característico del trabajo de Yves. La textura exterior recuerda a los entramados de los tejidos y telas, quizá al encaje, mientras que el interior es acogedor y suave, como si de terciopelo se tratara.
Además, los materiales también están en consonancia con esa especial unión, el ladrillo de terracota de la fachada está hecho con tierra marroquí, mientras que los suelos son una combinación de piedra local y mármol, todos los detalles están pensados y cuidados para provocar la sensación de calma y armonía a quién lo visita. En el interior, un gran patio circular con unos muros tan altos que solo permite ver el cielo.
"El Museo Yves Saint Laurent Marrakech combina dos mundos con los que estamos muy familiarizados y que son muy queridos por nuestros corazones: la moda y Marruecos", afirman Olivier Marty y Karl Fournier, fundadores de Studio KO. “Desde la fundación de nuestro estudio de arquitectura, hemos trabajado en este país que inspiró tanto a Saint Laurent. Con gran alegría hemos trabajado en este ambicioso proyecto y contribuido en nuestro camino a la historia y el prestigio del diseñador de moda más influyente del siglo XX ".
Desde el principio el museo fue planteado no como un homenaje póstumo, sino como un lugar de celebración que pudiera ser un centro cultural en ebullición. Era lo que el diseñador deseaba: “Mi sueño es que mis vestidos y dibujos puedan ser estudiados durante siglos”. Así sea.