Un cantante de rock sabe que en su papel de frontman de una banda va a atraer todas las miradas sobre un escenario y, por ello, debe estudiar sus movimientos, educar su voz, saber meterse al público en el bolsillo y, por supuesto, vestir ropa ajustada.
Estamos de acuerdo en que lo que hace que una estrella de la canción sea admirada y respetada es su talento y su carisma pero, no nos engañemos, un look atractivo, un físico imponente y, seamos frívolos al máximo, un buen paquete, ayudan.
Hay momentos míticos en la historia de la música que quedaron grabados en nuestra memoria por motivos ajenos a lo estrictamente melódico y sonoro.
Todos tenemos en nuestra imaginario húmedo la teta de Sabrina en los 80, el pezón de Janet Jackson en la Super Bowl de 2004 y, más recientemente, quedaba al aire en pleno concierto, el pene de Lenny Kravitz, concretamente, en 2015.
Una bonita y voluptuosa anatomía es algo a lo que nadie puede resistirse y, aunque, por las leyes de la heteronormatividad, estamos más acostumbrados a ver desnudos femeninos, la anatomía masculina también tiene zonas que actuan con un magnetismo que empuja a mirar (y desear) de manera irremediable.
La serie Cocks and Balls es una colección de fotografías en las que se homenajea a esa noble parte del cuerpo del hombre que es el paquete, y más en particular a los genitales de estrellas del rock que usan pantalones que no dejan nada a la imaginación.
"[...] aunque, por las leyes de la heteronormatividad, estamos más acostumbrados a ver desnudos femeninos, la anatomía masculina también tiene zonas que actuan con un magnetismo que empuja a mirar (y desear) de manera irremediable".
Iggy Pop declaró en una ocasión, "Escribes sobre cosas que son importantes para ti; pienso en mi polla todo el tiempo y tengo derecho a cantar al respecto".
Nosotros tenemos derecho a deleitarnos con lo que queramos, ya sea con la música o con la anatomia ya que, el deseo y los anhelos son libres. Muchos cantantes tienen la suerte de tener ambos "talentos", el musical y el genital pero, siendo francamente frívolos, ¿venderían tantos discos Maluma o Ricky Martin si fueran menos agraciados?