Después de que el arquitecto y diseñador italiano Carlo Mollino muriera en 1973, fue descubierto una gran colección secreta de Polaroids eróticas entre sus efectos personales.
En total unas 1200 imágenes de mujeres posando con ropa especialmente elegida contra fondos ingeniosamente creados. Nadie estaba seguro de por qué Mollino había tomado estas fotos o por qué las había mantenido en secreto ¿Crisis de mediana edad? ¿fantasías sexuales?
Pero la calidad de las imágenes y la deliberada composición nos sugieren que Mollino tenía una intención estética específica al hacer estas fotos.
"Todo está permitido, siempre que sea fantástico", dijo una vez Mollino, cita que casi describe la fantasía de su vida.
Nacido en Turín en 1905, Mollino comenzó su carrera como arquitecto diseñando una casa en Forte dei Marmi, la localidad costera favorita de Thomas Mann y Aldous Huxley.
En algún momento durante la década de 1960, Mollino compró su primera cámara Polaroid, con la que comenzó a documentar las "mujeres de la noche" de Turín.
Desplazándose a las zonas de luces rojas, Mollino hacía que su chofer se acercara a varias mujeres (en la calle o en burdeles) ofreciendoles dinero para fotografiarlas. De vuelta en su apartamento, Mollino vestía a las mujeres con un conjunto de ropa especialmente elegida y les pedía que posaran en sillas, sofás, mesas, apoyadas en puertas, frente a espejos, mientras él disparaba la cámara.
Si esto era algún tipo de fetichismo, sustituyendo el acto sexual por la cámara, o una creación deliberada, es un misterio sobre el que se reflexionó mucho después de su muerte y puede que nunca lo sepamos.
Lo que nos queda, sin embargo, es una colección de fotografías subexpuestas, algunas de los cuales habrían tenido un lugar en las páginas de cualquier publicación erótica, mientras que la mayoría de las otras parecen tener una intención estética completamente formada.
via flashbak