Verdades que se ocultan en los pliegues de la piel y secretos que afloran gracias al juego de luces que maneja con maestría la fotógrafa holandesa Berber Theunissen.
Berber Theunissen, tras probar las luces y las sombras de vivir en una gran ciudad como Amsterdam, decidió volver al campo que la vio nacer para rodearse de los olores y de los sonidos de la naturaleza que tanto había echado de menos.

Equipada con su cámara Pentax 6×7, Theunissen captura retratos, naturalezas muertas y paisajes, documentando momentos, emociones y recuerdos.
Sus imágenes son una reflexión sobre sus propias luchas, y sobre cómo sus amigos, y la gente que la rodea, también hacen frente a las mismas situaciones y emociones, convirtiendo su fotografía en una herramienta para analizar su propia vida de manera objetiva.
El encuadre de cada de una de sus fotografías es la propia vida, su existencia, esa que está repleta de momentos felices y de momentos más amargos. Cada toma es una película, sin palabras, sin música pero cargada de emoción y de historias por imaginar.